martes, 8 de mayo de 2012

Capítulo Anexo (continuación V). CONCLUSIONES Y DISERTACIÓN SOBRE EL ORIGEN DE LOS SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBERO -alfabéticos y alfasilábicos-.


El presente capítulo es ajeno y anexo al libro que vamos comentando.

[-En este blog, recogemos las páginas principales del libro "Textos iberos" (en imágenes); resumiendo a su lado el contenido, para quienes no tuvieran tiempo de leer las hojas escaneadas. Tras ello y en virtud de lo que se va exponiendo, añadimos nuestros comentarios y teorías. Opiniones personales, disertaciones e hipótesis sobre lo dictado en el libro, que incluimos en párrafos continuados a las fotos y en letra cursiva. Teorías propias que en algunos casos estarán de acuerdo con las incluidas en el texto que resumimos, aunque en otros, serán muy distintas.-]

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NUEVAMENTE, ANTES DE COMENZAR:

Tal como ya expusimos, el presente capítulo -en sus diversas entradas- es ajeno al libro TEXTOS IBEROS, trándose de la continuación de un anexo que vamos presentando (hoy, en su parte quinta). Siguiendo la misma linea de investigación al libro que resumimos, ha sido tan solo redactado por mí y en el artículo de hoy vamos a establecer unas conclusiones finales a lo analizado en los anteriores. Rogamos disculpas por la "densidad" que las entradas previas tuvieron, explicando que tan "minuciosa descripción" de los signarios se hacia necesaria, puesto que en ellas debíamos recoger uno por uno los caracteres que redactaron el idioma de los iberos y analizarlos al detalle. Un estudio que realicé comparando los prehispánicos con otros alfabetos y silábicos que pudieron precederles (los del Egeo y Anatolia, anteriores al siglo VIII a.C.). De tal manera, sabiendo que los silábicos antiguos que pudieron antecer a los nuestros solo existieron los de Creta, Chipre y los anatolios (Hititas o Luwios), pudimos hallar los antecedentes más directos de los signos ibéricos (cuyo valor equivalía a sílabas). Por otro lado, comparando los signarios peninsulares con los alfabetos fenicios y los helenos más arcaicos, igualmente fuimos encontrando el origen de las vocales y consonantes con las que escribieron lengua ibérica. Siendo en rasgos generales las conclusiones que fuimos obteniendo las que a continuación exponemos y que de algún modo ya explicamos, añadiendo algunas ideas nuevas -tras una breve disertación sobre las circunatancias históricas que rodearon a la creación de la escritura en nuestra Península- :

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS
: Al lado, portada del libro sobre jarros de bronce chipriotas de los siglos XI al VI a.C., de Marie-Jose Chavane. Comenzaremos hoy hablando sobre la situación histórica que rodeó al alfabeto y a los signarios ibéricos, de los que ya sabemos (tal como hemos podido demostrar) tienen en su mayor parte orígenes en el Egeo. Tras ello y de modo intercalado (por medio de fotos e imágenes), trataremos en este artículo sobre el hecho arqueológico manifiestamente probado que muestra la unión que hubo en la antigüedad entre la Península Ibérica y Chipre -isla de la que procede la gran mayoría de los caracteres alfasilábicos ibéricos-. De tal manera, mostraremos una serie de publicaciones que ratifican la unidad habida durante la Edad del Hierro entre nuestras tierras y el Egeo, algo que ya estudiaron principalmente quienes han investigado últimamente la "toréutica" de la Hispania prerromana. Análisis sobre los jarros, perfumeros, lampadarios y objetos suntuarios de bronce, que demuestra la gran infuencia que ejerció Chipre en toda la manufacturación, importación o expansión de aquellos enseres orientalizantes que aparecen en nuestras latitudes (fechados desde el siglo VIII al V a.C.). Con ese fin, recogeremos algunas fotografias que incluyen objetos sofisticados de metalurgia chipriota y oriental, junto a sus paralelos en la Península Ibérica. Jarros, timiatelios, braseros y etc.; hechos o importandos hasta Iberia, coetáneos y descendientes de otros casi iguales creto-chipriotas. Una artesanía en bronce que se fecha precisamente en los mismos años en los que nacerían los primeros sistemas de escritura iberos. Alfasilabarios ibéricos del Sur, que sabemos se originan en estos siglos que la arqueología denomina "Periodo Orientalizante" (por el influjo venido hasta nuestras costas desde el Egeo y del actual Líbano o Siria -Fenicia y Anatolia-). Algo que comenzó a estudiarse hace más de medio siglo, por autores como García y Bellido ó Blanco Freijero; quienes ya observaron un estilo llegado de Oriente (con un mundo propio y no solo púnico), que generó una artesanía en metal tartessia o de la Primera Edad del Hierro peninsular. Objetos suntuarios que décadas después pasaron a denominarse "toréutica ibérica orientalizante" (ver por ejemplo: "INVENTARIO DE LOS JARROS PUNICOS TARTESIOS. ANTONIO GARCIA Y BELLIDO Archivo Español de Arqueología 33, n.º 101-102, 1960, 44-63; Servicio de Publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid). Tras 1981 y con la tesis de Aldana, se confirmó el término de "toreútica" , lo que huizo que varios especialistas fueran realizando estudios definiendo esta artesanía, llegando a conclusiones hasta entonces inigualables; determinando claramente la influiencia de Chipre y el Egeo, en todo el mundo tartessio. Destacamos entre ellos el titulado "La toréutica orientalizante en la Península Ibérica" firmado por JAVIER JIMÉNEZ ÁVILA; cuya portada traemos en imágen bajo estas lineas. Libro cuya edición y análisis es de una enorme calidad y que tardará varias décadas en poderse superar. Ejemplar que fue publicado no hace mucho por la Real Academia de Bellas Artes, tratándose de un resumen, estudio y descripción de los objetos orientalizantes en bronce hallados en nuestras tierras, con un contenido minucioso y perfectamente estudiado. Para cualquier interesado en el tema facilitamos algunos enlaces donde podrá encontrar referencias y artículos de Javier Jiménez Ávila ( http://independent.academia.edu/JavierJIM%C3%89NEZ%C3%81VILA/Papers/1089229/Timiaterios_chipriotas_de_bronce._Centros_de_produccion_Occidentales ) . ( De los Bronces Tartésicos a la Toréutica Orientalizante. La broncística del Hierro Antiguo en el Mediodía peninsular Javier JIMÉNEZ ÁVILA )


1º) Situación histórica en la que nacen los signarios de Iberia:

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Tal como dijimos, tras analizar el alfabeto Greco-Ibérico se llega a la conclusión de que este seguramente fue "fabricado" de un modo "artificial" a la venida de "nuevos colonos" griegos hasta las costas de Levante. Helenos que se sabe hicieron sus primeras "incursines" y asentamientos en el litoral de la actual Valencia o Alicante, al menos antes del siglo VI a.C.; pese a que la arqueología testimonia la presencia de aquellos en sus colonias de Alonis -Benidorm,Villajoyosa- o Hemeroskopion -Denia- en épocas más tardías. Aunque un hecho más cierto es que la "talassocracia" focense" (dominio de los mares por parte de los egeos) termina con la batalla de Alalia -sucedida en el año 535 a.C.-, donde vence Cartago quedando como dueño de las rutas del Mediteráneo. Ello nos obliga a deducir que desde tiempos muy anteriores a esta fecha, púnicos y egeos habían entrado en competitividad comercial por los baluartes del Occidente más lejano (en especial los de España). Lo que determinó que a mediados del siglo VI a.C. unos y otros se considerasen enemigos en el mar; tanto que los cartagineses deciden atacar la flota focense en Alalia -ayudados por sus aliados etruscos-, consiguiendo destruirla en su mayor parte.
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De cuanto exponemos, hemos de suponer que la aparición de los griegos en las costas occidentales (en las levantinas peninsulares, abriendo baluartes comerciales), hubo de ser uno de los motivos que generaron la feroz rivalidad entre cartagineses y focenses. Motivo que les llevaría a enfrentarse decenios después en la mencionada ciudad portuaria y mercantil de Córcega (Aleria), fundada por lo helenos tan solo siete años antes de la mencionada batalla. Emporio de los griegos desde el cual logran desde el año 560 a.C. mejores y más eficaces rutas comerciales. Todo lo que sucedería durante unos decenios en los que sus rivales púnicos sufríeron multiples pérdidas mercantiles y de poder. Algo debido no solo a la competencia de los barcos helenos, que transportaban iguales mercancías hasta el Oriente mediteráneo. Sino a su vez motivado porque muchas de las embarcaciones "fenicias" fueron atacadas por "corsarios" que desde Alalia actuaban (ciudad que se convirtió en un baluarte dedicado a fomentar la piratería para dañar la flota de Cartago, pareciendo que la tradición del "corsario" venida de esta isla tiene en estos hechos sus comienzos).
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Por lo que recogemos, sería lógico pensar que tras este año del 535 a.C. en el que los focenses fueron vencidos y sus naves destruidas en el puerto de Alalia, no hubo apenas colonización griega en la Península Ibérica. Pero los restos arqueológicos no dicen lo mismo, siendo un hecho altamente extraño que precisamente desde principios del siglo V a.C. se observen múltiples hallazgos de restos helenos y de asentamientos griegos en nuestra tierra. Tanto, que precisamente es en esta centuria cuando nace el alfabeto greco-ibérico, cuyos rasgos ya dijimos eran jonios mezclados con letras atóctonas iberas. Algo que quizás se explica porque este era un siglo en el que aún los cartagineses no dominaban la Península Ibérica, tanto que apenas pudieron hasta entonces conquistar algunas zonas tierra adentro (ocupando tan solo sus puertos y las ciudades cercanas al litoral -principalmente los de la Actual Andalucía y los atlánticos-). Un hecho que posiblemente permitió huir hasta nuestras costas a gentes helenas venidas desde Alalia, o de los puertos focenses occidentales (vencidos y atacados por los fenicios junto a sus aliados); asentándose esos griegos muy debilitados desde el 535 a.C., en las áreas ibéricas que durante el siglo V a.C. permanecían lejos de los dominios púnicos.

AL LADO:
Portada del libro "Las naves de Tarshis" de Daniel Cerqueiro, donde se explica la historia relativa a las rutas comerciales occidentales de los púnicos. En la foto de portada podemos observar un gran barco fenicio, en bajorrelieve romano que guarda el Museo Nacional de Beirut, donde se aprecian las dimensiónes de aquellas ermbarcaciones que viajaban desde Fenicia o Israel, hasta la Península Ibérica. Tal como expresamos, es nuestra idea que barcos de este cabotaje no pudieron recorrer el Mediterráneo de manera segura, pues su tonelaje y su casco fabricado con maderas pesadas les convertiría en "presa fácil" (al ser más lentos que cualquier mercante común, y más aún que los navíos de guerra). Ello pondría altamente en peligro las mercancías embarcadas en nuestras ricas tierras de Occidente con dirección a Fenicia, ya que cualquier pirata podría abordarlas. Hechos como estos, creemos que obligaban a cambiar en Cartago las cargas de oro y plata adquiridas en Iberia; para transportarlas desde allí en transportes más ligeros -llevándolas con gran cautela y celeridad hasta Tiro y Sidón-. Por su parte, el tamaño de estas naves de Tarshis ya dijimos que no se debía tan solo a su necesaria "tripulación de altura", al ser mercantes de rutas con largas singladuras, necesitando una gran bodega para guardar la carga. Sino también hubo deberse a las condiciones del Océano Atlántico, muy distintas a las del Mediterráneo (tanto que intentar cruzar el Estrecho de Gibraltar con un barco de uso común mediterráneo podía ser más que arriesgado). Todo ello debió crear un tipo de embarcaciones que se denominaron: "Naves de Tarshis" y que operarían sin problemas hasta la afluencia de piratas y enemigos focenses, que se sabe aparecieron en el Mediterráneo persiguiendo las naves púnicas, principalmente en los días que Tiro y Sidón (capitales fenicias) comenzaron a ser asediadas por lo babilonios -primero por asirios y más tarde por los persas-.
ABAJO: Jarro tartéssico (fechado hacia el siglo VI a.C.) hallado en Siruela, actualmente en el Museo Provincial de Badajoz -al que agradecemos nos permita divulgar su imágen-. Este tipo de jarras en bronce, denominadas "piriformes" (por su apariencia en forma de pera) son de origen oriental; naciendo de un diseño casi idéntico, cuyos primeros ejemplares fueron realizados en Chipre a fines del siglo VIII a.C.. Luego pasan a fabricarse -o a exportarse- a las islas del Egeo (Samos, Olimpia y Rodas) y finalmente aparecen en Cerdeña, tanto como el la Península Ibérica en igual época (la tartessia). Fechándose los ibéricos al menos con medio siglo de posterioridad a los de Chipre, habiendo sido manufacturados aquí o bien importados desde tierras egeas; algo difícil de dilucidar, al ser los tartessios en su trabajo y materiales casi idénticos a los orientales (consultar entre otros la obra del Prof. Jose Ma. Blázquez "Jarros periformes tartésicos de bronce en la Hispanic Society of America y en el Metropolitan Museum of New York" Publicado en: Zephyrus; Ediciones Universidad de Salamanca (14, 1963, 121-124).
 


Llegando aquellos griegos occidentales hasta tierras aún sin un gran interés para los victoriosos púnicos, que tan solo miraban por los baluartes iberos cercanos a los puertos del Sur y del Atlántico (sobre todo próximos a las minas). Debiendo asentarse seguramente los helenos huidos -o venidos para comerciar a Iberia-, en algunos lugares más ocultos y de tierra adentro, próximos al litoral levantino ibérico y fuera del alcance de los cartagineses. Zonas que pudieron perfectamente albergar y "esconder" a focenses occidentales (o a egeos), aparecidos en nuestras tierras para abrir mercados o para refugiarse de los "nuevos dueños" de las rutas comerciales marinas (los de Cartago). Hecho este que quizás facilitó establecerse en el interior del litoral de Valencia, Albacete, Alicante y Murcia; tanto como en zonas escondidas, como la Sierra del Segura o la de Mula. Donde existe testimonio arqueológico de múltiples gentes venidas desde el Egeo y desde las colonias occidentales griegas, que se asentarían buscando refugio o mercado tras la derrota de Alalia. Debiéndose a ello (según opinión personal) la aparición en este área y durante estos siglos -que van del V al III a.C.-, de diversos rasgos, de estatuaria y de estilos artesanales helenos; llegando a producir esta colonización probablemente el alfabeto greco-ibérico. Promovido fundamentalmente por estos griegos occidentales refugiados, pero sobre todo por gentes venidas huyendo de Anatolia, de Oriente Medio y de Chipre o Creta; tras las repetidas invasiones asirias y persas (y más tarde de la expansión de Alejandro).
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Por cuanto narramos, tras la mencionada batalla de Alalia cambia la Historia de nuestra Península; tanto que de no haber vencido allí los cartagineses parece evidente suponer que quienes nos hubieran colonizado y conquistado durantes los siglos posteriores hubiesen sido solo los helenos - y no los Bárquidas-. Ello porque como venimos mencionando, los griegos y neohititas asentados en Anatolia, durante esos mismos años hubieron de marchar hacia otros lugares, tras las invasiones de los persas sobre Oriente Medio. Invasiones venidas de Mesopotamia y de pueblos circundantes, que posteriormente pasaron a asediar Fenicia, tras haber dominado las tierras de la actual Turquía. Algo que de algún modo "aprovechan" los griegos allí asentados, para marchar hacia el Occidente Mediterráneo, durante este el tiempo que los aqueménides (desde Babilonia) repetidamente se lanzan hasta el Mediterráneo. Tanto que en el 573 a.C. las capitales de Fenicia (Tiro y Sidón) caen en manos de Nabucodonosor (quedando así la civilización púnica "herida de muerte"). Es entonces cuando Cartago, sin abatirse al ver su metrópoli invadida por los persas, huye hacia delante pretendiendo sustituir a Tiro y a Sidón en todas sus facultades y funciones. Pese a lo que el comercio entre los cartagineses y el Oriente mediterráneo en aqeul entonces debió ser altamente difícil -sino imposible-, llegando a producirse una grave crisis económica en el mundo púnico. Estado de presión mercaltil y social que no solo procedía del repetido ataque de los asirios y aqueménides (que durante más de un siglo batallaron contra los fenicios); sino además de los griegos, quienes llegan a sustituirles en la labor de importadores desde el Occidente mediterráneo. Colonizando el Sur de Francia, las islas circundantes y el Litoral ibérico y creando desde aquí unas ruta "paralelas" (por el Norte), llegando desde Iberia a Grecia e importando las mercancías hasta los puertos orientales; reemplazando con ello en su labor mercante a los fenicios.
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Como explicamos, esta situación de crisis y de guerras en Oriente Medio, fue aprovechada rápidamente por los griegos (fundamentalmente por los focenses establecidos en las colonias de Occidente) quienes fundan Alalia en el 560 a.C. para desde allí ampliar el comercio con sus puertos situados en Francia y en nuestra Península -sustituyendo a los fenicios, por entonces sitiados-. "Función suplantadora" de los púnicos que habían comenzado a realizar los helenos desde fines del siglo VIII a.C., cuando estos mismos asirios asedian a los establecidos en Anatolia (principalmente a los neohititas), obligándoles a huir de su tierra de origen y a establecerse en Occidente. Poco después los mesopotamios llegan a Tiro, capital fenicia sitiada repetidamentre durante unos ciento cincuenta años, cuyos ataques por parte de Babilonia comienzan en el año 732
a.C. con Tiglatpileser III. Tras este rey, lo mismo intenta (en el 727) Salmansar V; asediando Senakerib igualmente Tiro en el 701 a.C.. Entre el 671 y el 667 a.C. será Esarhadonn, el que la cerque, al igual que en el 663 a.C. la ataca con dureza Asurbanipal. Aunque es entre los años del 585 al 572 a.C., cuando Nabucodonosor definitivamente la rinde y destruye (acabando con Fenicia).
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Este siglo y medio de asedios y de crisis en el mundo púnico, parece que fue también aprovechado por los tartessios para comerciar e iniciar rutas mercantiles a través de los griegos. De tal manera hemos de pensar que en esos años fue cuando "gobernó Arganthonio" el Sudoeste peninsular; una época que comenzaría con el primer asedio y captura de Tiro (rendida por Asurbanipal en el 663 a.C.) y terminó con la batalla de Alalia (535 a.C.). Ciento ciento veintisiete años que se corresponderían con lo que se denomina "históricamente", "reinado" de Arganthonios. Monarca filo-heleno que narran las crónicas gobernó durante doce décadas, hasta la desaparición de Tartessos; logrando gran properidad en sus dominios por comerciar con los griegos. Contactos con los focenses, o con las colonias griegas de Occidente, que seguramente provocarían el final de aquella civilización turdetana; término que se fecha justamente en la derrota helena de Alalia. Suponiéndo la Historia que tras esta batalla, los cartagineses atacarían las ciudades principales del Sur hispánico, por haber sido aliadas de los griegos. Alianza mantenida durante esos ciento veinte años anteriores, plenos de guerras en Fenicia y durante los que aquellos tartessios gobernados por el "rey de la plata" (Arganthonio) habrían establecido comercio libre y directo con Grecia. "Saltándose" a los púnicos como intermediarios necesarios e imprescindibles hasta entonces; aprovechando la debilidad en la que se encontraban debido a los repetidos ataques a sus metrópolis y a sus barcos.
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Todo ello, debió generar primeramente el caldo de cultivo necesario para que entre los siglos VIII al VII a.C. nacieran los sistemas de escritura ibéricos, que sabemos están importados desde el Egeo (como hemos podido demostrar). Aunque más tarde -tras la derrota de Alalia y el consabido ataque de los púnicos a las ciudades y puertos del Sur ibérico-, posiblemente se produce no solo la caida de Tartessos, sino a su vez la huida de gentes de Turdetania hacia tierras del Norte y el Levante peninsular. Todo lo que sucedería la vez que una necesaria búsqueda de refugio y de negocio de los griegos occidentales, que se vieron mermados en todas sus funciones y expulsados de sus colonias. Acercándose en este tiempo (tras el 535 a.C.) a tierras nororientales y de la Meseta, tanto los vencidos en zonas tartésicas, como quienes escapaban de sus bases italianas, sicilianas o corsas, atacadas por los etruscos y por los cartagineses (después de la mencionada victoria de Alalia) .

AL LADO: Candelabro en bronce de Chipre, procedente de Angolemi y perteneciente al periodo arcaico (siglo VIII a.C.); propiedad del Museo de Nikosia, al que agadecemos nos permita la difusión de su imágen. Este tipo de piezas manufacturadas de una forma casi exacta a como se hicieron en Chipre (con diseños muy similares a los de allí), aparecen en el Sur Peninsular Ibérico desde comienzos del siglo VII a.C.. Muchos autores se plantean si todos aquellos que se hallan en nuestras tierras (o en Cerdeña, donde igualmente se encontraron) fueron fabricados en el Oriente mediterráneo. Aunque se estima como más seguro que se importó el medio mecánico y las formas de manufacturarlos, enseñando a los habitantes peninsulares los medios para hacerlos de manera casi igual. Otra hipótesis es considerarlos realizados por orfebres o artesanos errantes, en talleres que enseñaran las técnicas del bronce de Chipre, en el Egeo tanto como en la Península Ibérica. El autor que más en profundidad ha estudiado lo que se denomina "toréutica oriental" , creemos ha sido el antes mencionado Javier Jiménez Ávila. Experto que llega a la conclusión de que una parte de ellos tienen diferencias en sus soldaduras y técnicas de metales, pudiédose determinar que en época tartessia se fabricaban en nuestras tierras objetos casi iguales a los chipriotas. Por su parte, este tipo de enseres pertenecientes a los siglos VIII al V a.C. se hallan con cierta frecuencia en unas zonas muy determinadas del Mediterráneo. Área que se circunscribe a Chipre (donde más se encuentran), e islas como Rodas, Samos y Olimpia -pasando luego a aparecer en Cerdeña, Sicilia, costas de Italia y España-. Curiosamente la "Historia de Tartessos" narra como en los años intermedios del siglo VI a.C. un "explorador" llamado Kolaios, vino desde Samos buscando rutas al Oeste (a través de Egipto); y embarrancó su nave en Tartessos donde estableció contactos comerciales con su rey (Arganthonio)... . De nuevo los recuerdos de leyendas históricas coinciden con lo que la arqueología encuentra (esta vez en forma de toréutica -objetos de bronce-).
ABAJO: Timiatelio tartessio (lampadario) de la necrópolis de La Joya, Huelva, fechado en el siglo VII a.C. y perteneciente a su museo provincial (al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Observemos el diseño de su vástago central que lleva como adorno lo que los especialistas denominan "gallolas encapsuladas" y que a mi juicio consiste posiblemente en esquematizaciones de la adormidera. Flor que se adoraba desde el Minoico Antiguo en Creta y Chipre, seguramente como "ofrenda dionisiaca", pero más probablemente por su utilidad para uso como anestésico y en los ritos iniciáticos. Puesto que es sabido como en las celebraciones de tipo órficas oficiadas por sacerdotisas, se suministraba a quienes se iniciaba en "los misterios" diversos productos psicotrópicos. Drogas que principalmente consistían en setas alucinógenas, o en cornezuelo de centeno y de las que se abusaba terriblemente en el santuario de Eleuisis. Muy posiblemente, los pebeteros y timiaterios como el de la imagen, adornados con un diseño que tanto nos recuerda a la flor de la adormidera (representada repetidamente en Creta), quizás nos hablen de estos ritos órficos donde se podían quemar aquellas sustancias con el fin de llevar a los presentes hasta el éxtasis. Observemos, el parecido de la llamada cazoleta gallonada del timiatelio tartessio de la imagen, con la flor representada en el anterior candelabro chipriota.


De la situación histórica antes resumida, consideramos nacen nuestros alfasilabarios que escribieron idioma ibero. Originándose primero el Tartessio ("padre" del Meridional) surgido a fines del siglo VIII a.C. e importado por los creto-chipriotas, quizás huidos a nuestras tierras -aunque más seguramente venidos hasta Occidente para sustituir en el comercio a los fenicios, por entonces en crisis-. Así comenzaría a divulgarse la escritura en Turdetania durante el VII a.C., redactándose al igual que los silabarios Egeos arcaicos (de derecha a izquierda) aunque posteriormente se crea el signario Meridional, nacido del Tartessio pero más occidentalizado, inscrito de izquierda a derecha. Cuanto afirmamos y suponemos lo demostrarían los caracteres silábicos turdetanos, de los que el 95% son de origen creto-chipriota (al igual que sucede con sus vocales y consonantes sueltas, que practicamente son iguales a las equivalentes en alfabeto arcaico de Creta). Consecuentemente, iguales carácterísticas al más antiguo tiene el siguiente (llamado Meridional o del Sur). Siendo finalmente "hijos" o descendientes de los anteriores, el Nororiental y el Celtíbero, que nacerían mucho después y tras la caida de Tartessos (quizás originados por la huida de gentes llegadas desde el Sur hasta las zonas Nororientales y centrales de la Península en años posteriores al siglo VI a.C.).
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Por otro lado y de manera coetánea -incluso un poco antes- a la aparición de esos últimos dos alfasilabarios del Norte (Celtibérico y Nororiental), se sucede la "creación" del Alfabeto Griego de Iberia. Surgido tambien curiosamente decenios despés de la derrota de Alalia y cuando "teóricamente" debía suponerse disminuir (o desaparecer) la presencia helena en la Península. Pero ello no debió ser así, pues podemos fechar la aparición de nuestro alfabeto greco-ibérico en este siglo V a.C., en el que los griegos sufren un terrible varapalo, que les hizo retroceder en todas sus espectativas colonizadoras de Occidente. Una Historia que "no concuerda" con la realidad arqueológica, haciéndonos pensar más en que muchos de estos focenses no regresaron al Egeo sinó que se refugieron en tierras ibéricas. Explicándose así "extraños hechos" como la múltiple estatuaria y objetos de origen heleno, fechados entre los siglos V y III a.C. que aparecen sucesivamente en el Levante y en el litoral Nororiental hispano. Esculturas entre las que se puede citar la Dama de Elche -quizás esta realizada antes de la caida de Alalia, por su clara influencia grecochipriota-; junto a infinidad de figuras y objetos que sí se hubieron de realizarse después de esta derrota y "retirada" del Occidente de los griegos. Piezas tales como las del Cerro de los Santos o Damas como las de Guardamar (fechadas entre los siglos IV al II a.C.); tumbas y cientos de objetos de influencia y origen helenos, todos datados en una época en la que hemos de suponer el declive (y hasta la desaparición) de los griegos de Occidente... . Algo que no se sustenta por los muchos vestigios y los repetidos hallazgos de arte y artesanía del tipo egeo (en el Levante hispano) y que se completa con la aparición del mencionado alfabeto greco-ibérico en nuestras tierras.
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Por todo lo que pensamos -o deducimos- esta nueva forma de escritura ibérica de tipo heleno, nacida el Levante y que intercaló símbolos entonces muy recientes e importados desde la Jonia -junto a los antiguos signos usados en Iberia- (recordemos que el greco-ibérico tiene seis letras jónicas y diez pertenecientes al ibero-cretense). Creemos hubo de ser obra de los colonizadores llegados por aquel entonces desde el Egeo (huyendo de las crisis), o más bien de refugiados venidos de las mencionadas fundaciones griegas occidentales destruidas. Gentes que a su vez muy posiblemente entraron en contacto con los ibero-tartessios, que huían de los cartagineses subiendo desde el Sur; debido a que los púnicos entonces comenzaron a apoderarse de la Península, iniciando -como es sabido- el ataque a las ciudades y puertos del sudeste peninsular (los referidos a las cercanías de Cádiz y Tartessos). Serían aquellos los años finales del siglo VI y primeros del V a.C., cuando conocemos históricamente como Cartago pacta con otras "potencias mediterráneas" para quedarse con la zona Occidente, a cambio de respetar el Norte y el área oriental, trás Cerdeña (que deja "en poder" de la marina romana, tras ese tratado "Roma-Cartago"). Promoviendo entonces las diversas expediciones de los púnicos por mar en el Atlántico, para hallar las minas y las rutas comerciales que antes fueron de Tartessos. Años en que irían los generales y los barcos púnicos sustituyendo el poder turdetano autóctono y destruyendo los baluartes ibéricos; hasta llegar a dominar poco a poco la Península -lo que como es sabido, ya sucede en época de los Bárquidas-.


JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS
: Al lado, candelabro de marfil chipriota del siglo VIII a.C. (procedente de Salamina y propiedad del Museo Nacional de Chipre, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). ABAJO: Boca de la jarra de la Necrópolis de la Joya, perteneciente al Museo Provincial de Huelva, y fechada en el siglo VII a.C. (agradecemos a este museo nos permita difundir su imágen). Observemos el parecido del adorno, que se denomina "gallola encapsulada" y que creemos puede tratarse de la flor de adormidera; adorada en Creta y Chipre desd el tercer milenio a.C., seguramente debido a sus propiedades como anestésico (o como psicotrópico, en su uso para ceremonias órficas). Sobre el significado histórico de estos diseños y modelos existentes en Chipre, tanto como en la Península Ibérica -durante los siglos del VIII al V a.C.-, recogeremos la opinión de uno de los mejores especialistas en el tema (Javier Jiménez Ávila): ... "A mediados del siglo XIX, empiezan a aparecer en la Península Ibérica una serie de objetos de bronce que progresivamente van a dar cuerpo a lo que con posterioridad irá formando un grupo tradicionalmente reconocido por la investigación bajo la denominación genérica de "bronces tartésicos" (...) "una cultura material tartésica u orientalizante en la Península Ibérica, idea que comienza a percibirse en trabajos ya clásicos como los Orientalia de A. Blanco Freijeiro o los estudios sobre los jarros de A. García y Bellido" (...) "estableciendo ya una diferencia conceptual entre lo fenicio y lo orientalizante, e introduciendo este siempre ambiguo término en la bibliografía española" (...)" tras la tesis de Aldana, en 1981, donde ya se opta por el de "toréutica orientalizante" (....) "nos referimos a un grupo de objetos (de bronce, naturalmente), que cronológicamente se encuadrarían en los siglos VIII a VI a. C. y que han sido realizados, al menosen su mayoría, por artesanos tartésicos, es decir por individuos pertenecientes a la población local". De los Bronces Tartésicos a la Toréutica Orientalizante. La broncística del Hierro Antiguo en el Mediodía peninsular Javier JIMÉNEZ ÁVILA


De cuanto decimos desde que explicábamos al comienzo la situación histórica en la que nace la escritura prerromana de nuestra tierra; parece ya poderse comprender cómo pudo sucederse la aparición de los signarios autóctonos en la Península Ibérica. Inicialmente, de seguro llegada con las primeras gentes cretochipriotas; huidas o venidas a comerciar como "griegos" y anatolios asentados en el Egeo, que se vieron obligados a ir hacia el Occidente, en los años que los asirios comenzaron a asediar Oriente. Lo que sucede durante unos mismos siglos en los que se producían las primeras derrotas de las capitales de Fenicia, llevadas a cabo por esos mesopotamios, que repetidamente atacaron todo Oriente Medio, hasta acabar allí con la presencia del mundo púnico. Dejando completamente debilitado a Cartago tras la caida de sus capitales en la metrópoli (Tiro y Sidón). Años estos en los que de seguro, Tartessos (o el Sur peninsular) entra en contacto pleno con los helenos y los Egeos, que por aquel entonces comienzan un auge comercial sin el control fenicio, haciéndose con gran parte del mercado mediterráneo (de los metales principalmente).
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Serían estas las fechas concretas en las que se instauraría el sistema de escritura de tipo egeo en nuestras tierras. Dando poco después lugar a un periodo heleno en Tartessos; época que va desde el 663 al 535 a.C., cuando tras la derrota de Sidón a manos de Asurbanipal, los fenicios se ven ya con muchas dificultades para mercadear entre Occidente y Oriente. Años en que los tartessios parece se asocian fuertemente con los griegos, dando lugar a la llamada dinastìa de Arganthonio; rey amante de los griegos, que "gobierna" ciento veinte años y con el que se considera finaliza su civilización. Ello debido a que Tartessos caería tras la victoria de los cartagineses en Alalia, quienes después de ganar esta batalla atacarían a los baluartes "socios" de los griegos (el Tartessos de Arganthonios), con el fin de recuperar de nuevo la hegemonía en el Mediterráneo. Obligando así a "regresar" en gran parte a sus tierras a los griegos, fundando los cartagineses colonias en Sicilia, Cerdeña, Córcega, Sur de Francia y España, sobre las ciudades y lugares que antes fueron filohelenos. Por su parte, los tartessios y los habitantes del Sur Peninsular, se verían en estos años obligados a marchar hacia el Norte y hacia Levante, dando lugar a los diferentes silabarios que posteriormente surgen (tal como hemos visto). En este marco histórico, vemos la sucesión de hechos que pudieron dar lugar a la creación de los alfasilabarios del Sur (entre los siglos VIII al VI a.C.) y más tarde la consecución del alfabeto greco-ibérico en el Levante, tanto como la aparición de nuevos alfasilabarios en el Norte (Nororiental y Cetíbero) que perviven en su uso hasta el siglo I a.C..



JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS
: AL LADO: Jarro chipriota del siglo VII a.C., cuyo parecido con los peninsulares es asombroso; tanto que la profesora Ma.José Chavane pasa a determinar que están hechos por las mismas manos que los tartessios (pieza propiedad del Museo de Nikosia, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). ABAJO: Jarro tartessio del Metropólitan Museum, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen -pieza procedente de un hallazgo en Talavera y denominado de Las Fraguas, que por considerarse "extraña y ajena" a la arqueología ibérica, fue vendida como un objeto de "importancia desconocida" a mediados del siglo XX). Observemos que el parecido entre ambos es asombroso, tanto que para los especialistas es difícil dilucidar qué piezas son chipriotas y cuales lo son ibéricas. Sobre todo ello recogemos de nuevo las palabras de Jesús Jiménez Ávila: " los diecinueve jarros de bronce recuperados en la Península Ibérica que pueden fecharse en el lapso comprendido entre finales del siglo VIII y mediados del VI a. C., es decir en el Periodo Orientalizante" (...) "los rasgos diferenciadores de los jarros metálicos peninsulares son rastreables per se en otras zonas del Mediterráneo Oriental, como sucede con las bocas teriomorfas y las asas en forma de serpientes, que se documentan en Chipre, contrariamente a lo que han planteado como argumentos básicos quienes defendían una fabricación en centros indígenas" (...) "las diferencias son también observables en las técnicas de taller, recurriéndose casi exclusivamente al uso de la cera perdida y a las técnicas de fundición en hueco, que antes estaban prácticamente ausentes" (...) "Para el estudio de los timiaterios resulta de utilidad detenerse brevemente en el análisis de los soportes de tipo chipriota, elementos ligados a ellos tanto desde el punto de vista técnico como iconográfico-formal, aunque no desde el funcional" (...) "Una de las razones fundamentales para considerar este objeto como una producción importada ha sido la presencia de una cazoleta gallonada, elemento característico de la metalística oriental, rematando la parte superior. Sin embargo, ya hemos observado cómo una de estas cazoletas gallonadas se instaló sobre el timiaterio de Villagarcía de la Torre, del que tenemos razones suficientes para considerarlo un producto occidental". De los Bronces Tartésicos a la Toréutica Orientalizante. La broncística del Hierro Antiguo en el Mediodía peninsular Javier JIMÉNEZ ÁVILA


2º) CONCLUSONES A LAS LETRAS DEL ALFABETO GRECO-IBÉRICO, TANTO COMO A LAS VOCALES Y CONSONANTES ESCRITAS EN LOS ALFASILÁBICOS.
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No incidiremos de nuevo en las ideas ya expresadas, pues sobradamente sabemos que el alfasilabario greco-iberico tiene dieciseis letras, de las que diez serían de origen cretense y comunes a las de los alfasilabarios; tanto como las cinco restantes de raiz jonia y posteriores (existiendo además una "A" común a ambos alfabetos cretense y jónico). Sabiendo que las diez (u once si contamos la "A") de los alfasilábicos ibéricos, que se contienen en el grecoiberíco, eran signos ya utilizados en la Península desde finales del siglo VIII a.C.. Y conciendo a su vez que la datación más temprana de esta escritura de tipo helena en idioma ibero, es del V a.C.. Ya dijimos que hemos de deducir como quienes llegan al Levante en este siglo "inventan" una nueva forma de escribir la lengua de los iberos, valiéndose de once letras que ya tenían los habitantes peninsulares y sustituyendo sus signos silábicos por otras cinco letras más que le añaden.
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Pese a ello, hay un dato más que hemos de anotar y este es el hecho de que tras analizar los alfasilabarios del Norte y el Greco-ibérico, parece que este último tuvo una gran influencia sobre los anteriores. Tanta que gran parte de las consonantes de la escritura Celtibérica y la Ibera Nororiental son demasiado parecidos a los greco-iberos. Por cuanto añadimos el análisis de estas letras que pudiera demostrar cómo los mencionados alfasilabarios del norte pueden estar muy influenciados por este sistema de origen totalmentre heleno (tanto como para surgir en parte de ellos):
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SIGNOS DE CONSONANTES QUE COINCIDEN EN EL GRECO-IBÉRICO CON EL CELTIBÉRICO Y EN EL IBERO NORORIENTAL:


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Tal como hemos dicho, en los alfasilabarios Celtíbero y Nororiental hay demasiadas semejanzas con las consonantes griegas (en especial con las greco-ibéricas). Ello hace suponer una evidente influencia entre estos signarios, que en principio podemos suponer se trata de un influjo proveniente desde el greco-ibérico a los caracteres peninsulares. Aunque la lógica habla de que si así fuera, quizás los iberos del Norte hubieran escrito con el sistema griego. Es decir: Si los griegos aportan una forma de escritura en el siglo V a.C. por letras, desconocemos qué motivos les llevan a los iberos a crear o mantener un modelo de alfasilábico, con consonantes griegas por un lado y sílabas por otro; pudiendo adaptar todos los signos del greco-ibero (de vocales y consonantes combinadas). Es decir: Que o bien hay un hecho cultural o ritual, que pudo obligar a los habitantes peninsulares a escribir siempre con letras y sílabas. O bien, los alfasilábarios que tienen tantos rasgos comunes con el greco-ibérico son coetáneos en su creación y están hechos por gentes autóctonas que desearon preservar este rasgo de escritura ibera (con sílabas y letras combinadas). Sea como fuere es extraño este hecho, ya que no sabemos si son los alfasilabarios del Norte los que preceden al greco-ibérico o viceversa.
LAS CONSONANTES EN COMÚN SON:
CELTÍBERO: "L", "N", "R", "S", "SH", "A" ().
Como hecho curioso diremos que toma la letra (H) "eta" griega mayúscula que es "E" del grecoibérico, pero le da valor "O".

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IBERO NORORIENTAL: "L", "R", "SH", "A" ()
Como hecho curioso añadimos que toma la letra (H) "eta" griega mayúscula que es "E" del grecoibérico, pero le da valor "O".


AL LADO
: Grifo en bronce ibérico procedente de Andalucía, que se fecha en época tatessia (popiedad del M.A.N. al que agradecemos nos permita difundir la imágen). Observemos el parecido de este objeto con los que tiene el caldero hallado en Salamina que abajo vemos en foto. Desconocemos si hasta ahora se ha realizado este paralelo dentro de la toréutica peninsular (seguramente sí), pero parece indudable reconocer el influjo de las formas del grifo ibérico desde las orientales que tenemos en imágen bajo estas lineas (tumba de Salamina, caldero con grifos siglo VIII a.C. perteneciente a Periodo Arcaico chipriota; pieza en la actualidad en el Museo Nacional de Chipre, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen).





3º) CONCLUSIONES A LOS CARACTERES EN LOS ALFASILÁBICOS.

a) La posibilidad de un alfabeto ritual:

Esta nueva conclusión en verdad resultará extraña a todo lector, más no debemos asustarnos con la teoría que a continuación expongo. Ello porque nada de raro tiene pensar que los alfasilabarios iberos fueran escrituras de carácter sagrado o hierático y que por ello, hasta el número de signos que contienen tuviera un significado filosófico o religioso. De tal manera, si analizamos el número de sus signos veremos que estos son: CINCO VOCALES Y SIETE CONSONANTES (en lo que se refiere a letras); Y A LA VEZ QUINCE SIGNOS SILÁBICOS FORMADOS POR SERIES DE TRES SONIDOS (labiales, palatales y guturales: "ba, be, bi, bo, bu; ta, te, ti, to, tu; ka, ke, ki, ko, ku).

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Los números de todo ello son altamente extraños en una época durante la que la Teoría del Número se extendía por el Mediterráneo. Sin duda nos referimos a la filosofía pitagórica, que procedía en gran parte de Mesopotamia (donde había estado "preso" el sabio), tanto como de Egipto, lugar en el que estudió el Samio. Ideas de las que se sabe ya hacia el 550 a.C. se difundían en zonas "nuevas helenas", como el Sur de Italia (Magna Grecia), Sicilia o Crotona. Colonias griegas que al parecer aceptaban las nuevas teorías traidas desde Oriente y de Egipto por el gran sabio Pitágoras; pero que en las metrópolis de origen no eran tan bien recibidas. Ello motivó que los pitagóricos se asentaran estas ciudades nuevas griegas fundadas preferentemente por mercaderes, donde el mismo sabio samio vive durante una larga época. Todo lo que puede relacionarse con los alfabetos peninsulares creados en el mismo tiempo (como los alfasilabarios Tartessio y el Meridional), por cuanto se extiende entonces la costumbre de escribir con letras los "pneumas". Notas musicales que en estos siglos se establecen en un Temperamento de doce (cinco intervalos medios y siete naturales) y que precisamente conforman toda la teoría de Pitágoras, quien extiende la afinación en esta regla de doce tonos.

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Lo que expresamos lo decimos con base histórica puesto que sabido es que la forma de escribir pneumas por letras griegas se hace común en este siglo VI a.C.. De lo que al observar un alfasilabario como los iberos que contiene entre sus letras 12; que se dividen en 5 vocales y 7 consonantes. Ello nos lleva automáticamente a considerar la posibilidad de que aquellas pudieran usarse como "pneumas musicales". Tonos de sonidos que se escribían precisamente con letras helenas, y que se dividen en las siete naturales que significan los siete planetas (tanto como los días de la semana o los dioses proincipales) y cinco intermedias que simbolizaban los astros que se consideraban tenían doble órbita -llamado giro en sentido opuesto, para regresar al lugar de origen, algo ques e hacía necesario calcular pensando que la Tierra permanecía inmóvil-. Siendo ellos los siguientes pneumas:

......DO-Sol-Zeus-domingo / RE-Luna-Atenea-lunes / MI-Marte-Marte-martes / FA-Mercurio-Mercurio-miercoles / SOL-Jupiter-Jupiter-jueves / LA-Venus-Venus-viernes / SI-Saturno-Saturno- sábado / DO............

A su vez existían otros cinco tonos en la afinación que durante esta época se extiende por el Mediterraneo (de un valor medio o intercalado). Notas que significaban el movimiento o distancia entre aquellos planetas anteriores, cuyas órbitas precisaban de un giro opuesto, para llegar al lugar desde el que la astronomía calculaba la inmovilidad de la Tierra (lo que necesita que muchos planetas retrocedieran en sus desplazamientos). Siendo aquellos:

... DO sostenido (Sol en sentido inverso) / RE sostenido, Luna en giro opuesto / FA sostenido (Mercurio igualmente retrocediendo) / SOL sostenido (Júpiter en órbita inversa) / LA sostenido (Venus girando inversamente) ...

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Evidentemente, lo que recogemos nos lleva directamente a los alfasilabarios ibéricos por el hecho de que estos tienen un número de letras iguales a los pneumas griegos: 7 consonnates y 5 vocales. Ello puede significar que estas tuvieran un valor como pneumas, lo que supondría que algunos de los textos que nos encontramos fueran partituras. Música escrita de un modo igual (o similar) a como se hacía en Grecia y cuyos valores serían en el caso de los alfasilabarios de nuestras tierras:

"L" (do) / "N" (re) / "M" (mi) / "R" (fa) / "R´"(sol) / "S" (la) / "SH" (si)

"A" (do #) / "E" (re #) / "i" (fa #) / "O" (sol #) / "U" (la #)

 

Ello explicaría la existencia de un valor "M" que el profesor Rodriguez Ramos considera "una letra ritual" o inexistente y que pudiera tratarse de un tono musical. Debiendo quizás reestudiarse los textos donde aparecen "siete consonantes"· y cinco vocales iberas, pues pudiera darse el caso de que quizás se trate de pneumas musicales de tipo pitagórico (que en estos años se escribían comunmente en todo el Mediterraneo por letras). De un idéntico modo, el alfabeto griego tiene un mismo numero de letras, coicidiendo con valores de Pitágoras. 5 vocales y 5 consonantes de orijen jonio. Por lo demás 7 letras son de origen iberico, procediendo de los alfasibalarios y 5 de origen jonio, algo que de nuevo nos lleva a la combinatoria de 5+7=12 : Números de la perfeccion para Pitágoras (el 10 y el 12).

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Por último, también habríamos de considerar que los signos silábicos se combinan en una numerología típicamente pitagórica: Tres series de cinco. -Es decir: Ba,be,bi,bo,bu / Ta,te,ti,to,tu / Ka,ke,ki,ko,ku.- Conteniendo de nuevo las cifras perfectas del sabio griego que nacían del primer número que él denominaba "triangular": El 3 (origen de la triada en religión y en matemática de la propia triangulación, de la que nace la trigonometría). Tanto como el 5, número de vocales con las que combina el silabario y que es igual al de los dedos. Apándices que se usan para contar y base del sistema decimal, que se considera el más perfecto creado por Dios en las manos y considerado por el pitagorismo sagrado (del cual fluye el Tetractis, pirámide de diez elementos que significaba para ellos "la perfección"). De lo que decimos, no debiera excluirse un sentido numèrico muy profundo en los alfasilabarios iberos; significado enraizado con las teorías religiosas y filosóficas que entonces imperaban en las nuevas ciudades griegas de las que procedieron los colonos que fundaron puertos en nuestras costas.

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b) Símbolos más parecidos a los ibéricos entre los silábicos anteriores (con iguales valores fonéticos).

Por ultimo, pasaremos a exponer claramente las similitudes entre los símbolos silabarios iberos con los del Egeo. Siendo ellas que:

ATENCIÓN: Para la comprensión de lo que exponemos a continuación, habrá que ver la entrada previa a esta, observando comparativamente los resultados que damos sobre signos. Conteniendo en total un total de 53 diferentes caracteres con los que expresaron las 5 vocales y las 15 sílabas.

De 53 signos diferentes que utilizaron los iberos para expresar sus 15 sílabas y 5 vocales (en los distintos signarios): 33 se parecen o so n muy similares a iguales valores del LINEAL A PICTOGRÁFICO // 21 se parecen o son muy similares a iguales valores del LINEAL A y B silábicos // 31 se parecen o son muy similares a iguales valores del CHIPROMINOICO // 28 se parecen o son muy similares a iguales valores del SILÁBICO CHIPRIOTA // 13 se parecen o son muy similares a iguales valores del HITITA // 18 se parecen o son muy similares a iguales valores del

LAS CONCORDANCIAS SON LAS SIGUIENTES (ver en anterior entradas los cuadros donde se exponen estos signos):

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**LINEAL A pictográfico (Creta, siglos XX al XVI a.C.): (BA, pa 1), (BA, pa 2), (BI, pi 1), (BO, po 1), (BO, po 4), (BU, pu 2), (BU, pu 3), (TA, da, za 1), (TE, de, ze 1), (TE, de, ze 2), (TI, di, zi 2), (TI, di, zi 3), (TI, di, zi 4), (TO, do, zo 3), (TO, do, zo 4), (KA, ja, ga 2), (KE, je, gue 1), (KE, je, gue 4), (KE, je, gue 5), (KO, jo, go 1), (KO, jo, go 2), (KO, jo, go 3), (KU, ju, gu 1), (KU, ju, gu 3), (A, 1), (A, 2), (A, 3), (E, 2), (E, 3), (I, 2), (O, 2), (U, 1), (U, 2)

**LINEAL A y B silábico (Creta, siglos XVII al XVI y XVI al XII a.C.): (BA, pa 1), (BA, pa 2), (BE, pe 3), (BI, pi 3), (BO, po 1), (BO, po 4), (TA, da, za 1), (TE, de, ze 1), (TI, di, zi 2), (TO, do, zo 3), (TU, du, zu 1), (TU, du, zu 2), (KE, je, gue 2), (KE, je, gue 3), (KO, jo, go 3), (KU, ju, gu 3), (A, 1), (A, 2), (A, 3), (U, 1), (U, 2)

**CHIPROMINOICO (Chipre, siglos XVI al XI a.C.): (BE, pe 4), (BE, pe 5), (BU, pu 1), (TA, da, za 1), (TA, da, za 2), (TE, de, ze 1), (TE, de, ze 4), (TE, de, ze 5), (TI, di, zi 1), (TI, di, zi 3), (TI, di, zi 4), (TO, do, zo 1), (TO, do, zo 2), (TO, do, zo 3), (TU, du, zu 2), (KA, ja, ga 1), (KA, ja, ga 2), (KE, je, gue 2), (KE, je, gue 5), (KI, ji, gui 1), (KI, ji, gui 3 y 4), (KO, jo, go 1), (KO, jo, go 2), (KO, jo, go 3), (KU, ju, gu 1), (A, 1), (A, 2), (A, 3), (I, 1), (I, 2), (U, 2)

**SILÁBICO Chipriota (Chipre, siglos XI al IV a.C.): (BA, pa 1), (BA, pa 2), (BE, pe 3), (BI, pi 1), (BO, po 4), (TA, da, za 1), (TA, da, za 2), (TI, di, zi 4), (TO, do, zo 3), (TO, do, zo 4), (TU, du, zu 3), (KA, ja, ga 1), (KA, ja, ga 2), (KE, je, gue 4), (KI, ji, gui 2), (KI, ji, gui 3 y 4), (KO, jo, go 2), (KO, jo, go 3), (KU, ju, gu 1), (KU, ju, gu 3), (A, 1), (A, 2), (A, 3), (E, 2), (E, 3), (I, 1), (O, 1), (O, 2), (U, 1), (U, 2)

**HITITA (Anatolia, siglos XVIII al XII a.C. -aproximadamente-): (BE, pe 4), (BE, pe 5), (BI, pi 2), (TO, do, zo 1), (TO, do, zo 2), (TU, du, zu 1), (TU, du, zu 2), (KI, ji, gui 1), (KO, jo, go 1), (KO, jo, go 2), (KO, jo, go 3), (KU, ju, gu 3), (KU, ju, gu 4) ,

**LUWITA (Anatolia, siglos XII al VII a.C. -apox.-): (BE, pe 1), (TE, de, ze 1), (TE, de, ze 2), (TE, de, ze 3), (TI, di, zi 1), (TI, di, zi 2), (TI, di, zi 4), (TO, do, zo 4), (KI, ji, gui 1), (KO, jo, go 1), (KO, jo, go 2), (KO, jo, go 3), (KU, ju, gu 3), (KU, ju, gu 4), (A, 1), (A, 2), (A, 3), (I, 2), (U, 1),

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c) Origen de los signos silábicos ibéricos:

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IGUALMENTE, EL ORIGEN DE LOS SIGNOS QUE USARON LOS IBEROS EN SUS DIFERENTES ALFASILABARIOS PARA ESCRIBIR SUS 15 SÍLABAS Y SUS 5 VOCALES, PARECE SER :

-6 desde el Lineal A pictográfico:

***LINEAL A pictográfico
(Creta, siglos XX al XVI a.C.): BI, pi: Semejante a un gancho, un anzuelo invertido o un "litus" (bastón) entre los iberos, y representado como una punta de flecha en Tartessio; BO, po: Representado como un hacha doble esquemática que llega a convertirse en un asterisco; Ta, da: Un aspa o una cruz en ibero; TE, de: Círculo o cuadrado partido en los iberos; Ti, di: Comumente en Iberia representado como un tridente; Nacida de la "Alef" y hacha doble; U: Comunmente entre los íberos representada como una punta de flecha.

-12 del Lineal A y B silábicos:

***LINEAL A y B silábico
(Creta, siglos XVII al XVI y XVI al XII a.C.): BA, pa: Comunmente expresado entre los iberos como una barra en forma de "I" ; BE, pe: Comunmente expresado entre los iberos con formas triángulares semejantes a una "A" (nuestra); BI, pi: Semejante a un gancho, un anzuelo invertido o un "litus" (bastón) entre los iberos, y representado como una punta de flecha en Tartessio; BO, po: Representado como un hacha doble esquemática que llega a convertirse en un asterisco; GA, ka: A modo de "A" nuestra; Ke, ge: En forma de "C" con travesaños o de "K" invertida; KI, gi: Nuevamente con forma parecida a una "Z"; Ta, da: Un aspa o una cruz en ibero; Ti, di: Comumente en Iberia representado como un tridente; To, do: Con forma de "peine" en los signarios de Iberia; TU, du: Normalmente representado como un triángulo en la Península; A: Nacida de la "Alef" y hacha doble.

-9 del Chiprominóico:

***CHIPROMINOICO
(Chipre, siglos XVI al XI a.C.): BA, pa: Comunmente expresado entre los iberos como una barra en forma de "I" ; BE, pe: Comunmente expresado entre los iberos con formas triángulares semejantes a una "A" (nuestra); Ta, da: Un aspa o una cruz en ibero; TE, de: Círculo o cuadrado partido en los iberos; Ti, di: Comumente en Iberia representado como un tridente; To, do: Con forma de "peine" en los signarios de Iberia; TU, du: Normalmente representado como un triángulo en la Península; E: En forma de "peine"; I: Con forma de "N" con tilde en Iberia;

-10 Silábico Chipriotras:

***SILÁBICO Chipriota
(Chipre, siglos XI al IV a.C.): BA, pa: Comunmente expresado entre los iberos como una barra en forma de "I" ; BO, po: Representado como un hacha doble esquemática que llega a convertirse en un asterisco; BU,pu: En forma de cuadrado comunmente entre los iberos; GA, ka: A modo de "A" nuestra; KI, gi: Nuevamente con forma parecida a una "Z"; Ta, da: Un aspa o una cruz en ibero; TE, de: Círculo o cuadrado partido en los iberos; Ti, di: Comumente en Iberia representado como un tridente; E: En forma de "peine"; I: Con forma de "N" con tilde en Iberia; U: Comunmente entre los íberos representada como una punta de flecha.

- 1 Hitita:

***HITITA (Anatolia, siglos XVIII al XII a.C. -aproximadamente-): Ku, gu: Un círculo o un rombo, con un punto dentro;

-1 Luwita

***LUWITA
(Anatolia, siglos XII al VII a.C. -apox.-): Ku, gu: Un círculo o un rombo, con un punto dentro.

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