lunes, 27 de agosto de 2012

Capítulos ANEXOS; Sobre algunos "bronces" de hospitalidad: LECTURA DE LA "TESERA DE LOS VETTONES".

 
Esta entrada es ajena al libro que venimos comentando (TEXTOS IBEROS, que más adelante continuaremos resumiendo, analizando y ampliando).  Trabajo del que antes de presentar y tratar sobre otro de sus capítulos, haremos un inciso presentando nuestras ideas sobre las teseras iberas. Para ello necesitaremos varios artículos con la intención de ir dando forma a un sistema de traducción y comprensión del lenguaje (o idiomas) prerromano de la Península. En los presentes artículos recogeremos algunas posibles interpretaciones de palabras inscritas sobre dichas teseras iberas (de hospitalidad, ciudadnía o familia). Siendo nuestra intención un tanto diferente a la de Mario Gómez-Morán, quien consideraba que para entender este idioma, había que lograr hacerlo a través de traducciones en textos de gran extensión (con más de diez palabras). Yo, por mi parte prefiero comenzar intentando la comprensión de los "escritos" iberos muy breves y de apenas vocablos -máxime cinco-. Con el fin de que una vez traducidas -y confimadas- un cierto número de palabras, podamos llegar a tener un "semi-diccionario" ibérico que nos sirva como guia. Ya que para que un idioma sea descubierto plenamente se precisa irremediablemente constituir un diccionario, tanto como comprender su morfología (o gramática al menos de forma generalizada).

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Comenzaremos por la epigrafía más fácil de analizar, que como hemos dicho son la llamadas "teseras hospitalarias". Tomando estas inscripiones breves, de las que se sabe eran fórmulas de amistad o unión entre conciudadanos. Pequeñas placas de bronce utilizadas como recordatorios de pactos y "hospicium", con las que sin duda se señalaría principalmente a una gens -a la que se unía el interesado-, o bien un lugar en el que se fijaba un lazo (figurando en ocasiones el nombre del "asociado" o del amigo). Pese a ello, y con el fin de facilitar más las posibilidades de intrepretación, hemos aglutinado nuestro análisis de las teseras, escogiendo primeramente tan solo las de muy breve epigrafía. Estudios que realizaremos en sucesivas entradas.



AL LADO:
Toro-verraco hallado en las proximidades de Augustóbriga (hoy Talavera la Vieja, cercana a Oropesa). Estas esculturas eran el totem sagrado de los vettones, tribu o gens ibera que poblaba la zona comprendida entre Lusitania (cercanías de la actual frontera de Portugal), el Tajo y el Duero. Teniendo frontera al Este y por el Sur, con los Titios y Belos; que gobernaban la Carpetania (hoy área de Toledo-Guadalajara etc). Siendo fronterizos por el Noreste con los Arevacos, que poblaban la actual Valladolid -y a los Vacceos, que habitaban del otro lado del Duero y en zonas como la actual Palencia-. Limitando los vettones al Norte -al parecer- con el rio Miño y tribus como los Astures. Su deidad más sagrada y representada en estas moles graníticas, era el toro-verraco; lo que marca su enorme adoración hacia el bóvido y al cerdo salvajes (posiblemente al toro bravo y al jabalí). Evidentemente este es el ancestro más cercano a los sistemas de ganadería extremeños y mesetarios, basados en la cría del cerdo y del toro. Economía que todavía contiene un profundo arraigo en esta zona vettona (Extremadura, Salamanca, Ávila, Zamora y una parte de Valladolid-Palencia).
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ABAJO: Reproducción pintada de la tesera en bronce con forma de torito (o más bien de verraco), denominada de Arcóbriga (yacimiento que hoy se halla junto a Monreal de Ariza -Zaragoza-). Ha sido estudiada por Gómez-Moreno (1) quien la interpreta y lee como W-E-T-TA- W-A-KA : KA-R(uo) .


 
 
TESERA DE ARCÓBRIGA (también llamada de Monreal de Ariza y de Huete):

Del tipo celtibérico es un bronce plano de apenas unos centímetros, que representa el totem de esas tribus vettonas celtíberas; tratándose sin lugar a dudas de un verraco-toro muy semejante a los que se hallan dispersos por todo el área del Duero al Tajo y de la Lusitania a Valladolid (en la zona de dominación fundamentalmente de los mencionados vettones, aunque también entre algunas tierras vacceas y arevacas). La transcripción más aproximada desde los signos que hoy se consideran como defintivos en el alfabeto celtíbero sería (separando letras o fonemas según el valor de sus caracteres):

U - E - TI - TA - ¿? - A - KA :: KA - R.

La anterior lectura presenta como interrogante un problema fácil de ver, que consiste en que el signo quinto (que tiene forma de una "o" con una "V" encima) carece de equivalencias en el alfabeto celtibero. Aunque si observamos bien este carácter podemos considerar que se trata de una "N" celtíbera (que tiene diseño de "V") escrita sobre una zona del bronce que ha quedado horadada, o en forma de "O". Por lo que su trasliteración final sería:

U - E - TI - TA - N - A - KA :: KA - R

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Como hemos repetido, uno de los problemas al enfrentarnos al ibero es comprender que se trata en parte de un idioma escrito en forma silábica. Lo que en primer lugar confiere varias lecturas a las voces arriba recogidas; entre las que hay, podríamos destacar: UEDITANAKA; UEDITANAGA; UEDIDANAKA; UETIDANAKA; UETIDANAGA; UETITANAJA; UEDITANAJA; UETIDANAJA etc. Por suparte, la segunda palabra puede ser KAR, tanto como GAR o JAR.
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Por ello, en mi opinión ante cualquier vocablo ibérico hemos de actuar tal como Ventris y Chadwik resuelven el "Lineal B" (desde el micenio, considerando que es un griego arcaico y "deformado"). Aunque en el caso peninsular hemos de pensar que se trata de un idioma mediterráneo que ha de ser similar a otros coetáneos, e igualmente evolucionado (o ciertamente distinto -quizás protoindoeuropeo y ligado a las lenguas anatólicas-egeas del II milenio a.C.). De tal modo, considerando Ventris que el "Lineal B" consistía en un griego muy arcaico y antiguo, lo primero que realizó fue un estudio de posibilidades; tras ello y por deducción intuitiva creó un método con el que se pudo llegar a comprender el idioma (lo que su seguidor -Chadwik- estudia y explica perfectamente). De tal modo y aplicado ese tipo de lógica intuitiva, pudieron llegar a sus primeros hallazgos (un principio que quizás traducido al problema ibero pudiera dar resultados). Para verlo, recordemos como cuando Ventris se encuentra con la palabra escrita en "Lineal B", "A-PO-LI-SE"; cree que puede ser "Ha- Polis" = "He Polis" = "la ciudad" (<). Introduciendo ese término "APOLISE" en un "diccionario" por el cual cada vez que aparece en un texto, hemos de traducirlo con ese significado (la ciudad); llegando con ello a descrubrir el sistema de escritura y lengua minoicas.
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De tal manera, aplicando la misma lógica, podemos llegar a la conclusión de que el totem que vemos en la tesera es de la tribu de los Vettónes; de ello lo que quizás hubiéramos de leer es: UETTANAKA :: KAR (en vez de UETITANAKA :: KAR). La explicación de tal lectura reside en que en silábico no puede escribirse "UETTANAKA", ya que la "TE" es un fonema que va unido siempre a una vocal (en la forma TA, TI, TU, TE, TO). Debido a ello y considerando que el medio más sencillo de inscribir esa doble "TT" es considerarla como "TI-TA", su lectura puede ser perfectamente UETTANAKA. Lo que nos condedería una transcripción cuyo significado une la tesera a los Vettones, algo que tendría plena lógica debido al totem que representa. Siendo así su trasliteración VETTANA-KA : KAR.
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Hemos llegado a entender que la tesera puede referirse a una hospitalidad o amistad con los vettones, tribu celtíbera que se cita por casi la mayoría de las fuentes antiguas de esta manera: Uettones
(vettones), o bien Ouettones (del griego  (2) . Todo lo que explicaría la inscripción de este nombre de gens ibérica en el dorso de un verraco-torito prerromano peninsular. Pese a ello, nos enfrentaríamos después a su terminación en la forma "KA" final de la palabra "VETTANA-KA". Sufijo que claramente en el indoeuropeo y en las formas ibéricas es un locativo. Algo que puede verse en los nombres de ciudades o regiones prerromanas hispánicas, como Salmantica o Astúrica -e incluso en Itálica- (3) . Acerca de este final "KA" como locativo, escribe -entre otros- Carlos Jordán que su significado corresponde a la ciudad o lugar al que pertenecen (4). Por su parte el mismo autor junto a Beltran Lloris y Simón Cornago nos dirá algo muy parecido al expresar textualmente que: "En cinco de ellas se repite el vocablo kar determinado por un gentilicio (libiaka, uetitanaka, uirouiaka...) -sin duda un término técnico- y en otras dos, kortika (5) . Todo ello indicaría que nuestra tesera en la que leemos "VETTANAKA" se traduciría como: "Tierra de Vettones" -es decir, de la provincia o región Vettona-.
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Por último, nos quedaría un problema más a plantearnos y este sería el de la existencia y aliteración de la "i" que sobra en la palabra; pues tal como la vimos escrita en un principio esta ha de leerse "VETITANAKA". De ello, hemos de pensar (tal como a veces sucede en las conclusiones de Ventris-Chadwik) si aquella "i" sobrante no habrá de colocarse más adelante en el mismo vocablo. Es decir, formando "VETTANIAKA"; palabra que suena aún a más ibera y en un locativo común a todos los peninsulares (tales como hispánica, ibérica, Salmantica, Italica, Asturica etc). Siendo esta una última hipótesis una idea a la que no damos mucha credibilidad, pese a necesitar exponerse no fuera que en otras ocasiones nos sucediera algo similar (la existencia de una letra omitida que puede servir en el final de la palabra).


 
 
 
 
SOBRE ESTAS LINEAS:
Dibujo de la Tesera del Monte Cilda, en Olleros del Pisuerga. En ella podemos leer claramente la ciudad a la que pertenecía, con su locativo final en "KA" (TURIASU-KA = Tarazoníca = de Tarazona), seguido de la palabra "KAR" . Siendo casi igual en su inscripción a la anterior de Monreal de Ariza, viéndose paralelamente exactas en su redacción y cambiando solo el nombre del lugar, que en este caso es Turiaso en vez de Vettonia (además del detalle de su grafía, que escribe con "C" lo que nosotros hemos transcrito del ibero con "k"). Esta tesera del Monte Cildá, fechada en el siglo I a.C. y hallada en la zona cántabra de Velika o Villegia (junto a Aguilar de Campoo), ha sido objeto de estudio por parte de Eduardo Peralta Labrador (COMPLUTIUM, 4, 1993; pags 223-226) ver cita (8).
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FINAL: EL PROBLEMA DE "KAR" y su claro significado en teseras latinas (como la del Monte Cildá):
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Por último y tratando ya sobre la segunda voz que aparece escrita en la epigrafía que estudiamos (que puede leerse: "KAR", "CAR", "GAR" o "JAR"), se sabe por cuantas veces ha sido encontrada inscrita sobre teseras, que ha de tener un significado unido a la hopitalidad, amistad o alianza -a la que hacen referencia estas piezas de bronce-. Pese a ello, acerca de esta palabra "KAR" (GAR, CAR etc) se han escrito infinidad de teorías, destacando entre aquellas las que consideran que se trata de un sufijo relacionado con el protoindoeuropeo "Karu" y con el vocablo vasco "gar", cuyo significado es "llama". Por considerarse que provendría de una voz que aparecería en la epigrafía ibera relacionada con cremaciones y honras fúnebres. Pensando muchos autores que incluso este "Car" es el origen del nombre de Caronte, barquero que lleva a los difuntos al más allá. Interoretando su etimoligía como "CAR + IUNTE" = "señor de las llamas". Pese a la existencia de esta teoría, hemos de expresar que Caronte es un mito de origen egipcio, tanto como su etimología que muchos entienden como "el que brilla" nacida de la voz helena "jaron" (); no se refiere propiamente al fulgor del fuego sino de la gracia. Ya que "alegría", y "gracia" en griego sí se dice "jare" (). De aquí que la palabra Caronte venga de AQUERONTE () que significa en realidad el lugar "lugubre", "desgraciado", "triste", "sin alegria" (el infierno).

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Por su parte, los autores que más nos parecen acertados en la traducción de este término KAR, son los anteriormente mencionados; en concreto Carlos Jordán quien manifiesta que junto al profesor Ballester considera que se trata de una palabra y no de una abreviatura. Afirmando que su etimología hay que buscarla en la raiz indoeuropea "KAR", que podemos traducir por "amor", "amistar" y de donde proceden voces como "cariño" o "caro" ("amigo" en latín = "carus"). Traduciendo este epíteto por el de "querido", "aliado" o "amigo"; siendo así reconicido el portador de una de estas teseras como asociado a una gens o ciudad (tal como en el bronce se especifica como KAR=amigo). Demostrando su teoría entre las páginas 114 a 117 del estudio que antes hemos mencionado (6) , siendo en parte cercanas a estas las ideas que se expresan en el que conjuntamente escribe con Beltrán y Simón (7). Finalmente diremos que otros expertos como De Hoz, consideran que esta voz "CAR" es abreviatura de un término indoeurpeo relacionado con la palabra "cauro" cuya traducción sería "kauro" o "kortika karuo", que significaría: "Pacto de hospitalidad" (8) .

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Debido a cuanto se ha expuesto, es más que evidente que la etimología de "GAR", "JAR" o "KAR", como término ibero (que tanto se repite en las teseras) ha de ser un sinónimo o vocablo muy cercano a Hospitalidad. Algo que muy acertadamente Jordán relaciona con la voz "amigo" en latín ("carus"), pero que no debiéramos dejar de considerar también procediera del latino "carmen", cuya traducción -entre otras- es "inscripción legislativa" o "conjuro". Lo que puede traducirse por "pacto" o "ley", "conflagración" u "oráculo de amistad". Siendo quizás aquella voz "KAR" la unión entre "carmen" y "carus" que significaría "conjuro de amistad". Por su parte, si quisiéramos buscar sus orígenes entre las lenguas indoeuropeas, veremos que esta voz parte desde los radicales "kar-ker", en griego pronunciada como "kear" () y cuya traducción es "corazón". Vocablo del que surgen estas palabras con relación al amor y al cariño siendo de una igual etimología esa última (9) .

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Por su`parte, la traducción desde el término heleno "KEAR" () que significaría "cardiaco" "del corazón" y "amado", nos lleva hasta el vocablo griego "KARUX" () que se significa "heraldo", "mensajero", "anunciador"; todo lo que nos da cuenta de qué pudo significar este "KAR" entre los iberos. A ello se suma el hecho de que igualmente en esukera "KARDINAL" sea igualmente "cardiaco" y "crucial" (cardinal), mientras "GUR" en vascuence significa "venerado", "adorado", tanto como "GURA" se traduce por "querido", "amado". Por último, en hitita igualmente "KARDI" y "KIR" significan "corazón y cardinal", siendo curioso como en este idioma la palabra "KUR" también se entienda por "territorio". Todo lo que confiere y explica finalmente el probable valor del vocablo ibérico de hospitalidad y amistad "KAR" (que ha de ser muy cercano al que el profesor Jordán manifiesta, edntendiéndolo por "querido" o "amigo"; aunque también pudo comprenderse como "venerado", "heraldo" e incluso "ley y conjuro de amistad").

 
 
 
 
 
 
SOBRE ESTAS LINEAS:
Los llamados "Toros de Guisando" junto a la venta juradera, en el Tiemblo, se encuentran en el límite actual entre la provincia de Ávila y la de Madrid (a su lado podemos ver una persona para proporcionar su tamaño). Totems celtibéricos de tierras vettonas, se fechan entre los siglos VI al III a.C.. Su uso se discute, pensando que tenían un sentido mágico, probablemente como cuidadores de la ciudad amurallada o las necrópolis iberas. En mi opinión su sentido hubo se estar también muy vinculado al mundo actual de la tauromaquia, como animales totémicos y simbólicos de la guerra, la masculinidad y el valor. Siendo estos verracos además deidades muy benéficas, ya que proporcinaban el medio de vida: La carne que comían de los bueyes y de los cerdos que los vettones criaban (sin precisarse muchos más alimentos para estar plenamente nutridos). Hoy en día igualmente estas tierras de Zamora, Salamanca, Ávila y Extremadura, son lugares de la dehesa; donde pasta el cerdo ibérico y los toros de lidia, en cercados próximos al ganado morucho; ganado porcino y de reses cuya carne se consideran algunas de las mejores de toda la Península.
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CITAS:



(1):

"Miscelaneas"; LXXXV, 311.

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(2): Vettones, Uettones: así citados en Plinio el Viejo, Hist. Nat. III, 4, 19 entre arevacos y vacceos y en IV;, 34,112, que los situa bajo el Duero. El mismo autor, op.cit. XXV, 46, 84; habla de ellos como descubridores de la planta vettónica. Por su parte Ptolomeo en la Geografía (II, 5, 1-7) los cita como Uettones entre cuyas ciudades están Lancia, Salmántica; Augustóbriga, Ocelon etc. (transcrito del griego
.
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(3):
El sufijo "KA" ibero como locativo esta perfectamente estudiado y fundamentado en diversas fuentes. No tenemos que aludir siquera al nombre de infinidad de ciudades o lugares prerromanos, bastando con recordar que aún en nuestra lengua -y como recuerdo de aquella anterior-, la voz "ca" al final de palabra indica un genitivo de lugar. Consecuentemente a la tierra de Arevacos se diría ArevaKA, lo que dió locativos hispanos múltiples tales como de Hispania, hispánica; de Italia, Itálica o de Iberia, ibérica. En el estudio, continuamos explicando el motivo por el cual esta tesera que estudiamos hubiera de leerse como "VETTONIACA" (UETTONIAKA) en lugar de VETTONAKA (UETTONAKA).

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(4): Carlos Jordán Cólera; Acerca del Ablativo que aparece en las Teseras de Hospitalidad ibéricas (Paleohispánica 3), 2003, pp 113-127. Menciona como Untermann establece determinados tipos de Teseras de Hospitalidad, entre las que se distinguen aquellas que mencionan la ciudad y que van precedidas de la sílaba "KA" (pag 113-114), citando como ejemplos "SEKOBIRIKEA" (Segóbriga-Saelices), "LIBIAKA" (Libia-Herramélluri), "UIRIUIAKA" (Briviescas) y esta misma de Arcóbriga, la que transcriben como "UE(N)TANAKA" , en vez de "VETTANAKA" tal como creo personalmente que es.
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(5): Acta Palaeohispanica
X; Palaeohispanica 9 (2009), pp. 625-668 ; ActPal X = PalHisp 9 625 REVISIÓN Y BALANCE DEL CORPVS DE TÉSERAS CELTIBÉRICAS por Francisco Beltrán Lloris; Carlos Jordán Cólera, Ignacio Simón Cornago (páginas 628 y 629)

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(6): Carlos Jordán Cólera; Acerca del Ablativo que aparece en las Teseras de Hospitalidad ibéricas (Paleohispánica 3), 2003, -páginas 114 a 117-.
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(7): Sobre la interpretación de KAR, VER TAMBIÉN Acta Palaeohispanica
X; Palaeohispanica 9 (2009), pp. 625-668 ; ActPal X = PalHisp 9 625 REVISIÓN Y BALANCE DEL CORPVS DE TÉSERAS CELTIBÉRICAS por Francisco Beltrán Lloris; Carlos Jordán Cólera, Ignacio Simón Cornago (páginas 644, 648)

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(8): Dice textualmente
Eduardo Peralta Labrador (COMPLUTIUM, 4, 1993; pag. 224) "Pueden citarse una serie de téseras celtíberas que utilizan la misma fórmula y abreviatura que la de Monte Cildá. Una de citas esta de Fuentes Claras (Teruel), en la que se menciona un pacto en el que una de las partes es la ciudad celtíbera de Areitorata (Muro de Agreda, Soria): arekorotika karA. Su traducción sería «hospitalidad Arekoratica, o de Arekorata». Otra tésera del área de Medinaceli (Soria) dice tunicaei kortonicum kar («hospitalidad de los Tuinicos y Cortonicos »)’». La encontrada en Monreal de Ariza (Guadalajara) lleva la inscripción Vetitanaca Cor («Hospitalidad Vetitanaca»). En el ejemplar de Cabezo de Griego (Cuenca) se lee libiaca gortica car", que De Hoz prefiere transcribir libiaka kortika har («pacto de hospitalidadde Libia»), ciudad que hay que identificar con la Libia de los celtas berones de La Rioja. Cerca del territorio cántabro, en la misma provincia de Palencia donde ha aparecido la tésera de Monte Cildá, tenemos otro ejemplar de la antigua Pallantia vaecea (Palenzuela) en el que se documenta"
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(9): Sobre este radical "KER", "KAR" ver: Vittore Pisani: CRESTOMAZIA INDOEUROPEA, Torino, 1974. Radical 275, pag. 147= kerd, krd, (cuore), cardium.


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