domingo, 15 de enero de 2012

Presentación y primer capítulo



JUNTO ESTAS LINEAS: Portada del libro inédito de Mario Gómez-Morán y Cima que analizaremos. Fue terminado hacia el año 2000 y desconozco si al darlo de al alta en Registro utilizó este título de "Escritos iberos" o bien lo llamó "Escritos ibéricos"; ya que en su ejemplar último al que accedimos, la obra se intitula "Textos Iberos". Algo importante a destacar, puesto que desde que lo termina por primera vez hace unos doce años, vuelve a rehacerlo y corregirlo en varias ocasiones (durante los cuatro años más que vivió). Reescribiendo algunas partes y dando anotaciones o traducciones muy diferentes. De ello, nos serviremos para la guía y análisis del libro, de este último ejemplar que tituló "Textos ibéricos"; aunque comprobaremos de continuo si lo escrito en las primeras ocasiones se corresponde exactamente a lo que concluyó en su ejemplar último. Ya que de no ser así, añadiremos las diferencias entre la primera y la segunda versión (fundamentalmente en sus traducciones, debido a que pudieran tener importancia las variaciones de interpretación).



Tal como hemos dicho, en este blog iremos recogiendo cada página del libro que comenzamos a preparar juntos hacia 1989 mi padre y yo, pero que dos años después desistí en continuarlo. Ello porque consideré que la hipótesis de transcribir los textos ibéricos desde el griego antiguo (recurriendo a sus dialectos más arcaicos), no era viable tal como se había planteado. Pese a ello mi padre decidió permanecer en esta linea y teoría, tanto que desde 1991 hasta el año 2000 -aproximadamente- estuvo preparando la traducción de las inscripciones ibéricas desde el idioma heleno. Finalmente, dejó este libro que hoy comenzamos a dar a conocer, puesto que tras su fallecimiento -en el 2004- quedó inédito. En él se expresa una forma de trabajo absolutamente relacionada con su formación y su manera de entender las humanidades, quizás "excesivamente perfectas". Algo que mencionamos y creemos es de importancia resaltar, porque todas las traducciones que realiza atienden fundamentalmente a dos principios: Primero hallar una voz helena que sea igual a la ibera escrita. Y segundo: Que aquella tenga una exacta declinación, conjugación o situación en la frase (a modo griego y gramaticalmente correcta).

De tal manera, para él de nada valía encontrar palabras parecidas a las que leemos de ibero, en otras lenguas (muertas o vivas) y en base a ello ir traduciendo -la técnica que más se ha ido aplicando-. Puesto que consideraba que no significaba nada hallar una voz similar en distintos idiomas; debido a que si aquellas carecían de una gramática, o de una razón etimológica y semántica, no podían compararse, ni menos servían para traducir. Para entenderlo, pondremos el ejemplo de un mismo fonema que goza de muy diferentes sentidos en distintos idiomas: Eligiendo la voz "TE" (que en leunguas romances significa "TU", en las anglosajonas es el nombre de una bebida -el té- y hasta en japonés se puede traducir por "mano").

Consecuentemente, expresaba que para poder traducir una frase, los vocablos han de tener un significado pleno; pero sobre todo han de haber un sentido gramatical. Así partía de la idea de que si aquellas palabras que encontramos carecían de una perfecta construcción idiomática, no tenía ningún sentido intentar traducirlas. Ello quizás correspondió un tanto a su modo de pensar "demasiado técnico" debido a su formación. Ya que al haber estudiado exactas (primero) y más tarde arquitectura -siendo especialista y profesor de urbanismo-, sus planteamientos y teorías eran -al menos a mi modo de ver- "excesivamente científicas". Por ello, en todas sus transcripciones veremos un análisis "perfecto"; indicando palabras, declinaciones y conjugaciones exactas (correspondidas al griego antiguo).

AL LADO: Frase de Julio Caro Baroja y con la que presenta el libro en sus primeras páginas, antes del comienzo. En esta, el sabio y sobrino de Don Pio, habla del problema de los textos ibéricos y de su traducción; expresando que se trata del tema con mayor transcendencia, entre todos los de estudio en la arqueológica hispánica.




Pese a ello, en mi opinión, es muy difícil llegar a pensar que una inscripción realizada sobre una piedra o una placa de metal, pueda tener la misma función que un texto escrito en pergaminos. De tal modo, creo personalmente que la gramatica que se aplica en un texto clásico (pongamos por ejemplo: La Odisea), no es la misma con la que se inscribe una conmemoración, una losa, o un pacto. Ello porque he podido comprobar cómo en la Antigüedad, los griegos y romanos redactaban las estelas, (inscripciones o tablillas), sin mucha perfección; ni menos atendiendo a normas gramaticales. Es decir, que para inscribir sobre soportes de gran valor (piedra, bronce, e incluso oro y plata) se usaban centenares de fórmulas, que les permitieran aglutinar o abreviar palabras. Quizás por el gran coste económico de la frase, o porque muchas palabras consistían en rezos, invocaciones, títulos, fechas, o nombres reducidos a crasis. -Algo que ha venido sucediendo hasta bien entrado el siglo XVIII y que podemos ver en todo escrito (o cartela) que se pusiera sobre un edificio, una joya, una placa conmemorativa, o una lápida-.




Para que entendamos mi idea sobre este problema, la expresaremos brevemente en algunos ejemplos: Si encontramos una plancha metálica de época romana, en la que leemos "S.P.Q.R."; sabemos aún hoy que se trata de un objeto militar perteneciente al Senado y Pueblo de Roma. Pero ello tan solo porque se ha mantenido en el recuerdo su "abreviatura" (SPQR). Del mismo modo, si en el dintel de una puerta antigua observamos las letras "IHS", todos conocemos que son las siglas de "Jesús Salvador de los Hombres"; tanto como si leemos en una lápida "R.I.P." o "I.N.R.I.", nadie ignora su significado. De igual forma, si nos enseñan una alianza de oro moderna, en la que hay inscrita una fecha y al lado el nombre de un hombre y de una mujer; todos sabemos que se trata de un anillo matrimonial que marca la fecha de la boda de aquellos que así se llaman.
¿Pero qué pasa con las inscripciones de hace casi milquinientos años, realizadas en soportes similares?. Nos referimos a palabras escritas en ibero, sobre placas de metal, en joyas, bajo figuras de bronce, o sobre lápidas (tal como están conservadas la imensa mayoría de los textos peninsulares prerromanos) . La lógica nos dice que de algún modo hubo de suceder "lo mismo"; ya que nadie puede ajustarse a reglas gramaticales para realizar una inscripción en la que tan solo se dispone de muy pocas lineas y en la que han de incluirse el máximo de datos posibles. De ello, surgieron mis primeros problemas para poder continuar con la traducción, tal como la habíamos planteado hacia 1990 (partiendo del griego puro). Tantos que, uno o dos años después, desistí sobre aquella idea y dejé que ya mi padre intentara hacerlo como él estaba convencido se podía (bajo un análisis gramaticalmente perfecto y desde el idioma heleno puro -partiendo desde algunos de sus dialectos más antiguos-).

Tras explicar lo antes expuesto, daremos paso a lo que siguiendo esta teoría llegó a traducir y escribió recogiendo las páginas del libro (pueden leerse aumentando la foto "pulsando" sobre aquellas).



AL LADO: Comienza con una "Presentación (cap. I)" en la que podemos leer como expresa al principio que uno de los motivos que le llevan a realizar el libro es ver que en esa época -hablamos de principios de los años noventa-, ya todos los caminos para intentar traducir los textos ibéricos, se habían agotado. De ello se busca un sistema que no fuera continuista, intentando lograr la transcripción por una fórmula completamente distinta a las anteriores. Para hacer comprender cual es el estado de los intentos por traducir el ibero explica que tan solo veinticinco años después de encontrarse la "Piedra de Rosetta" (en 1924) ya Champollion había escrito su primer tratado que conformaría el sistema para traducir el egipcio clásico (pasa a hoja siguiente).


AL LADO: Sigue narrando que Chadwik y Ventris apenas tardaron unos años en descifrar el Lineal B cretense que había hallado Arthur Evans (a fines del siglo XIX). Pese ello, las traducciones ibéricas llevan casi cinco siglos sin haber avanzado casi nada, ni encontrarse soluciones. Ello considera que tan solo puede deberse a tres motivos: 1-Que no tuvieran traducción los textos prerromanos peninsulares. 2-Que no se haya trabajado suficientemente. 3-Que las hipótesis seguidas para transcribirlos hayan sido erronea. De tal manera y sabiendo que ya Champollión comenzó descifrar el jeroglífico al poco de conocer la Rosetta, tanto como Ventris lo hizo con el Lineal B; hemos de partir de la base que quizás la teoría sobre su traducción y la forma de trabajo en los textos ibéricos hayan podido ser erróneas. Comenzando a enumerar en la siguiente página una serie de motivos que han llevado a trabajar en una linea u otra, para intentar descrifrar el ibero desde una lenguas predeterminadas (sin un fin realmente científico).


AL LADO: Expone que son innumerables los científicos que han intentado la traducción de los textos sin haberlo conseguido. Llamando la atención que entre ellos se encuentran los más ilustres de la Historia de la arqueología española (y extranjera), pese a lo que los resultados han sido muy pequeños (limitádose a la simple transcrición del alfabeto). Debido a ello, inicia un nuevo camino diferente y sin apenas precedentes.


AL LADO: Dá comienzo el "capitulo II" que trata de la escritura como concepto histórico, exponiendo que es el más transcendente de todos los inventos de la Humanidad. Algo que se originó para resolver la contabilidad; aunque hemos de entender que lo que desea decirnos es que el comercio dió origen a la escritura (según teoría de C.B.F. Walker).



AL LADO: En esta página explica que entre los iberos, aquellos que conocieron la escritura debió ser una minoría más que selecta y exclusiva. De ello se hace obvio que ningún texto prerromano debió escribirse para ser entendido por las gentes normales. Sinó que pertenecía a una docta clase de escribas o sacerdotes quienes fueron los que las inscribieron y los que las interpretaban. Por lo que expone que si encontráramos la frase "se prohibe el paso" en uno de estos textos, nunca sería una advertencia a las gentes de que no traspasaran un lugar, sino que se referiría a algo transcendente y que solo entendería una élite (por ejemplo: sSe prohibe pasar a otra dimensión, o a un lugar donde se percibe lo inexplicable... ). Continúa la hoja aludiendo de nuevo que se han traducido idiomas de una dificultad inimaginable (como los mesopotámicos y semíticos), mientras el prerromano de Hispania sigue sin solucionarse.



AL LADO: Expone que los textos que han llegado ibéricos son absolutamente breves y en soportes que llevan a pensar que se trata de inscripcione rituales. Ello se corresponde igualmente con lo que se conoce sobre historia de los iberos, que se limita a hechos heróicos, pasajes bélicos y ceremonias o sucesos apenas cotidianos. Tal como habíamos dicho, los soportes sobre los que se realizaron los textos son muy costosos y difíciles de inscribir (sin existir tablillas de cerámica u otro material sencillo en que se pudieran contener alusiones a la vida común de los pobladores prerromanos de nuestras tierras). Pese a ello, él piensa que seguramente también existieron tablillas y escritos sobre cuero, pero se perdieron. No así ocurrió en otros lugares como por ejemplo Creta, donde por efecto de los incendios se cocieron y perduraron las tablillas de barro hechas cerámica; al igual que en el desierto estas se conservaron gracias al calor y a la sequedad del ambiente.

Pero plantea al final de esta página ya un problema serio y en el que debemos reflexionar. Este es el de: ¿Por qué los iberos crearon su propio alfabeto?. Evidentemente es un tema en el que casi nadie ha entrado, pero que nada más comenzar a estudiar los textos fuimos pensando. Puesto que parece absurda la idea de crear un alfabeto propio, teniendo ya los colonizadores uno suyo. Más claro: ¿Entendería alguien que los Ibero-Americanos, tras la conquista y durante el dominio español hubieran creado su alfabeto propio?. O bien podemos plantearnos la pregunta de otro modo: ¿Puede comprenderse que los hispanorromanos crearan una forma peculiar e ilegible para los latinos de escribir, mientras tuvieron contacto con Roma? . Pues creemos que no y tan solo comienza a aparecer en la Península alfabetos diferentes cuando llegan los visigodos, que traen rasgos Ulfilanos y herencias godas en las letras que importan con influencias centroeuropeas.


Sigue concluyendo que el significado de esta falta de textos comunes (escritos en tablillas o en pieles), tanto como la existencia de un alfasilabario casi hermético y tan complejo -ajeno totalmemte al de los colonizadores-, para él indica que se trata de un idioma de tipo religioso o ritual. De lo que cree que muchos de los textos contendrán frases esotéricas o solo comprensibles para la élite que las inscribió.



Dejamos aquí esta primera parte, en su capítulo segundo; puesto que debemos reflexionar a partir de la afirmación que nos hace, en la que expresa como el ibero conservado en las inscripciones se trataría de un idioma ritual y muy exclusivo (catalogándolo incluso de "esotérico"). Reflexión y exposición que se precisa para hallar la importancia de tal hipótesis, tanto como para valorar la posible veracidad de lo que nos dice con esta idea.




JUNTO ESTAS LINEAS: Corpus de inscripciones ibéricas de Valencia publicado por el Dr.Fletcher Vals en 1985, y editado por su Diputación Provincial. Fueron este tipo de textos los que manejábamos hace ya casi treinta años, quienes nos interesábamos por el tema de las transcripciones del ibero. Aunque hemos de decir que por aquel entonces no eran pocos los aficionados y arqueólogos profesionales, que intentaban traducirlos. Siendo ese tema y en estos años, un apasionado motivo de discusión y debate en todo el mundo cultural español. Existiéndo infinidad de interesados por conocer cualquier teoría diferente o novedad.







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