[ -Recogemos las páginas principales del libro "Textos iberos" (en imágenes); resumiendo a su lado el contenido, para quienes no tuvieran tiempo de leer las hojas escaneadas. Tras ello y en virtud de lo que se va exponiendo, añadimos nuestros comentarios y teorías. Opiniones personales, disertaciones e hipótesis sobre lo dictado en el libro, que incluimos en párrafos continuados a las fotos y en letra cursiva. Teorías propias que en algunos casos estarán de acuerdo con las incluidas en el texto que resumimos, aunque en otros, serán muy distintas-.]
AL LADO:
Última página del Capítulo VIII en el que se trata sobre la teoría del greco-iberismo. En su final habla del alfabeto jonio que fue usado en la zona levantina, para escribir en idioma iberíco (entorno al siglo V a.C.). Comentando que tenía dos letras propiamente iberas, ajenas a los caracteres comunes de la Jonia; modificadas desde ese abecedario griego, con el fin de escribir el idioma de nuestras tierras. Estas son: Una SIGMA larga (con sonido SH) y una Ro fuerte (probablemente doble y con sonido RR). Posteriormente compara los alfabetos griegos arcaicos con los alfasilabarios ibéricos y con el antes mencionado abecedario jónico antiguo (que en ocasiones se utilizó en la zona alicantina, especialmente desde el siglo V a.C.). Viéndose como aquellos símbolos son casi iguales a los que aparecen en inscripciones helenas un poco anteriores (entre los siglos VIII al VII a.C.). Tanto que en la cerámica arcaica de la Hélade, algunas "cartelas" son casi exactas a las que vemos en la Iberia antigua (pese a que las de nuestras tierras se encuentran escritas en idioma ibérico). Termina diciendo que el problema existente y que nos hemos de plantear, es el "por qué" al llegar los signos griegos a Iberia, aquí les cambian su valor de correspondencia en muchos de sus carácteres. Usando una mismas o parecidas "letras" (que pocas veces han de leerse de forma igual); que comunmente se han de interpretar por otros sonidos y que en ocasiones incluso han de interpretarse por sílabas (al existir un alfasilabario).
ABAJO:
Crátera del llamado "Pintor de Nesos", que representa a Heracles luchando con un Centauro (propiedad del Museo Nacional de Atenas, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Observemos el nombre de Hércules escrito no solo en alfabeto antiguo, sinó además en sentido inverso (de derecha a izquierda) como se hace entre las lenguas semíticas. Ello denota la antigüedad de la inscripción, que cercana al siglo VII a.C., está todavía bajo el influjo de los alfabetos fenicios (quienes habían llevado el "abecedario" a tierras helenas de Eubea, siglo y medio antes de que se hiciera esta cerámica).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, otro ejemplo de estas incripciones griegas arcaicas, que tienen un gran parecido con las que posteriormente aparecen en caractares grecoibéricos por nuestras tierras. En este caso se trata de una obra del pintor "Sofilos" que contiene un fragmento representando, un juego de dados en memoria de Patroclo (Las Bodas de Peleo, cerámica propiedad del Museo Nacional de ATENAS, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Observemos del mismo modo que no solo los caracteres son muy antiguos y similares a los fenicios, sino que además a veces se escriben en sentido inverso.
ABAJO:
Detalle de un vaso del famoso pintor griego Timónidas, en que representa a Aquiles y Troilos (propiedad igualmente del Museo Nacional de Atenas, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Su arcaico alfabeto es muy similar a los que a continuación estudiaremos y comentaremos.
Comenzamos hablando sobre la apreciación en que nos cometa cómo el alfabeto greco-ibérico usado en Levante contiene dos letras específicamente "suyas" e inexistentes en ese signario de la Jonia arcaica. Apareciendo en nuestra epigrafía Oriental una "R*" y una "SH"; considerando Mario Gómez-Morán que aquellos signos se añaden para poder cubrir las necesidades fonéticas del idioma ibero (que contendrían estos sonidos, a diferencia del griego). Letras que eran -tal como hemos dicho- una "SIGMA fuerte" y una "Ro fuerte"; caracteres que verdaderamente no existen en el alfabeto jonio, pero que yo personalmente sí que he hallado en algunos otros "abecedarios" griegos más arcaicos. De hecho, estudiando los distintos signarios de idioma heleno más antiguos (del Egeo, Creta, o de la zona Cícládica), nos encontraremos que entre aquellos que escriben la "SH" y la "Ro doble" están especialmente: El de Creta, el de Tera y el de Naxos; todos ellos anteriores al siglo VII a.C., e incluso más antiguos que el propio Jonio (que comunmente se ha mencionado como único origen del grecoibérico -lo que consideramos no es totalmente exacto-).
Sobre los dos signos "añadidos" o inventados, uno de estos no es propiamente de la Península y ya era utilizado en la Hélade con una "letra" o símbolo igual. Nos referimos a la "SH" que se representa en una especie de "M" y que en verdad se trata de una "sigma" escrita de forma distinta. Ello porque la "S" común griega en alfabeto clásico se escribe "
" ; pero es fácil observar que si giramos esta letra, aparecerá en la forma similar a una "M". Por lo demás, el mismo "signario" clásico heleno había perdido ya esta "SH", en la forma de esa "eme"; pero contenía curiosamente varias maneras de escribir la "sigma". Entre las que usualmente manejamos la conocida para "s" minúscula, "
" ; la mencionada antes como mayúscula que era la "
" y un signo que utilizaba para la "ese" al final de palabra y que era cercano y muy similar a nuestra " S " (a la que da origen).
Por lo demás, esta "SH" escrita como una "M" y que vemos en varios alfabetos arcaicos griegos, desaparece de ellos entorno al siglo VI a.C.. Surgiendo poco después un nuevo signo que quizás nace de aquella antigua "SH". Ella fua la "
", que antiguamente se había escrito con la forma de una "
I " (ver imágenes de alfabetos). Una letra llamada en periodo clásico "xi" ( "
" minúscula y "
" mayúscula ), pero que creemos nace por transformación desde esta sigma "M" (sh) arcaica. Cuyo sonido quizás fuera el de "SHI", tan similar al de la "xi" y cuya minúscula tanto se parece a una extraña "S". Pero que en nuestro juicio pudiera tratarse de un fonema tan "mediterraneo" como el de la "CHE", que nos ha dejado en nuestro idioma español con una letra tan particular como la "ch".
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, alfabeto greco-ibérico escrito por mano de Mario Gómez-Morán. Observemos que los signos son muy pocos, careciendo de algunas letras helenas, que incluso los más arcaicos de los abecedarios ya tenían. Llamando la atención que no tenga ni "P" ni "M", lo que quizás indica que el idioma ibérico pudo pronunciarse de forma en la que no se distingueran las labiales, bastando con la "N" para una pronunciación "M-N"; tanto como con la "B" para un acento que tan solo tuviera como único el sonido el "B-P". Algo que sucede de forma un tanto parecida en los alfasilabarios ibéricos, que igualmente confunden la "B" con la "P", utilizando un mismo y único símbolo. De todo ello hablaremos más adelante.
ABAJO:
Comparación del Alfabeto greco-ibérico con algunos otros anteriores. De izquierda a Derecha hemos recogido: AHIRAM del siglo XIII a.C.; MESA del siglo IX a.C.; ECHMUNAZAR del siglo VIII a.C.; Griego continental del siglo VII a.C.; GRECO IBÉRICO (hacia el siglo V a.C.); IBÉRICO ORIENTAL (solo letras, sin sílabas); IBÉRICO MERIDIONAL (solo letras, sin sílabas); CRETENSE del siglo VIII a.C.; TERA del siglo VIII a.C.; NAXOS del siglo VII a.C.; CORCYRA siglo VII a.C.; BEOCIA del siglo VIII a.C.. Como podemos apreciar, la gran mayoría de los signos helenos arcaicos son comunes al greco-ibérico; pero especialmente llaman la atención dos que existen en el ibero y en algunos griegos antiguos: La "SH" escrita como "M", que procede de los semitas del siglo VIII a.C. y la contienen todo el resto de alfabetos -incluyendo los puramente ibéricos-, a excepción del Beocio. Tanto como la "RR", que tan solo aparece en el greco-ibérico, al igual que en los alfasilabarios peninsulares. Recogiéndose también en el Cretense, de Tera y de Naxos (con igual símbolo a los ibéricos).
Un caso muy singular es este de la "R*" que en nuestra consideración debe corresponder al sonido de una "RR". Fonema que para escribirlo el signario greco-ibérico parece haber tomado su símbolo del alfasilabario Peninsular ibero, ya que ambos tienen un sígno en forma de "P" con un apóstrofe. "Letra" que no se ve igual en los alfabetos de Grecia, ya que usan otro distinto para representar la "R*", y que es similar a una "Q", que curiosamente sí será el que aparece en el alfabeto Turdetano (Ibero del Sur). Donde se observa que también escriben de manera igual (o exacta) la "R*", a como lo hacían en Creta y en las Cícladas (con este círculo partido muy similar a la Kof fenicia). Todo lo que nos lleva a plantear si aquellos que primero trajeron los albafetos hasta nuestras tierras hubieron de ser claramente gentes venidas de esta zona Oriental; especialmente de Creta, donde tantas afinidades hay con Tartessos. Por lo demás y como hemos visto, el resto de los caracteres grecoibéricos -tanto como los ibéricos (meridional y oriental; entre los que conforman letras no sílabas)-, son de igual origen pareciéndose muchísimo a los arcaicos de Grecia y Fenicia.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, recopilación de alfabetos arcaicos griegos y comparación con el clásico; tal como la publica el magnífico libro "Reading the past" editado por el British Museum en1990 (en su página 264, al que agradecemos la gentileza nos deje divulgar esta imagen). En la columna izquierda podemos observar el de la Jonia, que no contiene la "SH" en forma de "M", ni tampoco la "R*" como una "P" con apòstrofe, tal como existen en el greco-ibérico. Ello, nos lleva a concluir que el que llega hasta nuestras tierras es un signatario cercano al jonio (a estos arcaicos de Grecia; incluso al de Atenas), pero muy influido por el cretense (o el de Tera) que sí contienen SH y R*.
ABAJO:
De nuevo hemos recogido los alfabetos más arcaicos de la Hélade, junto a los ibéricos (atención, para leer bien los símbolos, girar la imágen). Esta vez los mostramos tumbados, con el fin de que se lean bien los encabezamientos; ya que en la foto anterior a la de arriba, al encontrarse en vertical el nombre de cada "abecedario" , se leían mal. En el gráfico comparativo, podemos comprobar claramente la similitud entre los de la Península y los de la zona de Creta. Por su parte, los signos de silabario ibérico (los caracteres que son sílabas) los hemos excluido y lo dejamos para siguientes entradas.
Algunas conclusiones podemos obtener claramente de cuanto hemos ido viendo. La primera es una "curiosidad", aunque no querríamos dejar de referirnos a ella; pese a que se trata de una opinión muy personal. Esta se refiere a la posible pronunciación del ibero, conforme se puede deducir: Teniendo quizás aquel idioma el sonido "ch" y la "erre" doble. Puesto que la aparcición de una letra "SH" nos lleva a pensar en la existencia de un fonema muy cercano a nuestra "CH"; lo que nada raro tiene puesto que es típicamente mediterraneo -para quien lo dudara, le sugerimos que piense en la "C" romana pronunciada como "ch"; que lleva a decir "chivile" por "civile", o "chelo" por "caelo"-. Por lo demás, la segunda letra "extraña" que aparece en todo el signatario ibérico (y en algunos de Grecia), es la "R*", cuyo sonido creo personalmente se puede tratar de la "doble erre" (igual a la que en nuestro idioma tienen palabras como "perro" o "roca"). Pronunciación igualmente común en algunas zonas del Mediterraneo y totalmente ajena a muchas zonas de Europa (siendo imposible encontrarla entre el mundo anglosajón o en el galo).
Por lo demás, el hecho de que el alfabeto greco-ibérico carezca de letra "M", o de "P"; puede coincidir con una igual explicación por la que los alfasilabarios tampoco distinguen en labiales (ni siquiera en guturales). Conteniendo un igual signo para la sílaba "ba", que "pa" y sin diferenciar entre ambos sonidos. Aunque hemos de añadir que entre los iberos la letra "M" se escribía perfectamente (tal como podemos observar en las imágenes superiores). De lo que la ausencia de este símbolo entre los epigramas greco-ibéricos levantinos, no deja de ser una extrañeza. Siendo una pregunta a responderse: ¿Con qué símbolo escribieron la "M" aquellos helenos asentados en nuestra Península y que desde el siglo V a.C., dejaron al menos diez inscripciones en la zona costera prerromana?. Puesto que tanto en su idioma de origen, como en el de la Península había el sonido y la letra M. De todo ello, creemos que muy posiblemente existe una confusión entre la "SH" y la "eme"; por lo que se han considerado todas los símbolos parecidos a esa "M" como una "SH". Pudiendo tratarse de algunas verdaderas "emes" aquellas que se toman todas por "SH" y cuyo diseño es tan parecido a la "M". Pues como podemos ver en los alfabetos arcaicos griegos, sería fácil confundir esas "sigmas fuertes" con una "mi" (sobre todo mayúscula), ya que la forma de ambas es muy cercana (por no decir igual). De lo que proponemos una pequeña revisión entre los diez o doce epigramas greco-ibéricos existentes, por ver si observando bien, puede hallarse una pequeña diferencia entre estas "M" que realmente han de leerse como "SH" (o bien "ch"); y otro signo muy parecido, que se tratara de la "Mi" griega inexistente.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, detalle de la famosa dama, encontrada en un lugar con topónimo griego: Llamado primeramente Helike, luego Ilici (que daría lugar a Elche). Se halló no muy lejos del Cerro de los Santos y en años muy próximos al estudio y excavación de aquel yacimiento (del que hablábamos en la anterior entrada). Curiosamente fue también Juan de Dios de Rada quien intenta comprar la Dama de Elche, veinte años después de suceder la triste adquisición de piezas falsificadas del Cerro de los Santos (que llegaron en 1872, al Museo Arqueológico Nacional que él dirigía). Por todo ello, parece ser que levantó muchas dudas una pieza de tal importancia y en ese estado de perfección; por lo que se hicieron necesarios varios estudios y tomar todas las medidas posibles, para asegurarse de que no se trataba de otra falsificación. En ese intervalo de tiempo y mientras se preparaba la partida de dinero para su adquisición, un arqueólogo destacado en España por el Museo del Louvre (el Prof. Paris) pudo comprarla con toda prontitud y llevarla rápidamente hasta la capital de Francia -pese a la negativa de venderla al extranjero de su dueña, quien esperaba la entrega del dinero del Arqueológico Nacional, con quienes había confirmado el trato-.
Como decíamos en la anterior entrada, uno de los mayores daños que provocó las falsificaciónes del Cerrro de los Santos, fue la de sembrar el descrédito y la duda entre los arqueólogos españoles. Quienes, sufrieron una terrible inseguridad tras el "timo" al haber invertido grandes sumas de dinero en comprar aquellas esculturas "hechas" por el relojero de Yecla. Algo que además se completó con la triste pérdida de credibilidad, al haberlas estudiado después adquirirlas, como si fueran auténticas. De ello, tras descubrirse el engaño -hacia 1880- confirmándose que una parte de las del Cerro de los Santos estaban recien esculpidas; las posteriores compras y estudios de piezas de arte ibérico, se realizaron ya con gran cautela. Algo que posiblemente motivó que en muchos casos el Museo Arqueológico que dirigía De Rada hubiera de tomar múltiples precauciones antes de comprar arte ibérico, perdiendo oportunidades y tiempo -como sucedió con la Dama de Elche-. Situación de dificultad, que sembró la incertidumbre y gracias a la que pudieron adelantase extranjeros en la adquisción de piezas importantisimas (que de otro modo hubieran sido compradas de forma inmediata por los museos hispanos).
Por todo ello, no es extraña la sospecha de que Juan Vicente Amat no hubiera realizado esas esculturas falsas (como él afirmaba); sinó que algunos malintencionados las hubieran llevado hasta su casa, con el fin de sembrar dudas y poder "campar así a sus anchas" entre los sabios españoles (quienes inseguros, sobre sus conocimientos, tardarían meses -o incluso años- en adquirir piezas nuevas, extrañas y caras). Sospecha que se completa con el hecho de que resulta más que improbable que aquel "relojero de Yecla" hubiera tenido tiempo para esculpirlas y no fuera visto por nadie haciéndolo. A ello se suma que quien las hizo, nunca pudo decir cuales eran las auténticas y cuales las falsas (pese a que él mismo aseguraba haberlas tallado); por lo que al ser forzado a reconocer las imitadas y talladas por él, cayó en estado locura, muriendo en un manicomio alicantino (hacia 1898).
BAJO ESTAS LINEAS:
Detalle de la escultura de una "Koré" griega, perteneciente Atenas: Museo del Acropolis (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Al menos uno o dos siglos más antigua que la Dama de Elche, esta bellísima escultura (datada en el 675 a.C.) se trata de un un tipo y modelo artístico que seguramente vieron y siguieron los escultores helenos -o grecoibéricos-, que tallaron posteriormente la ilicitana. Observemos el parecido en aire y formas, aunque evidentemente la moda y el tipo de trabajo de piedra sea muy diferente. Pese a lo que el "parentesco cultural" entre ambas piezas parece evidente. Por lo demás, la ciudad de Helike (luego Ilici y hoy Elche), se situaba en una de las primeras paradas de la llamada "Ruta Herakleia": Camino que habían de seguir los griegos, para llegar desde sus puertos de Levante hasta las minas de Andalucía. Debido a que los helenos no podían bajar con sus naves más al Sur de Akra Leuke (zona de Alicante); ya que a partir de este punto comenzaban los enclaves fenicios, fuertemente vigilados. Por lo que se sabe, para comerciar los griegos asentados en Levante con Tartessos y con el litoral Atlántico, tenían que dirigirse hacia Sierra Morena por tierra a través de Elche (o bajando hacia Mula y el Segura); en un camino que por ese motivo se denominó el de Heracles.
AL LADO: Dama Oferente del Cerro de los Santos (Albacete) -pieza propiedad del Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. Esta maravillosa dama, no tan perfecta como la de Elche y algo más tardía (se supone realizada hacia el siglo III a.C.); es otro ejemplo de la influencia de la estatuaria oriental en nuestra Península. El Cerro de los Santos, situado en las cercanías de Yecla, igualmente se halla en el camino entre los puertos griegos de Levante y las minas de Andalucía. Situado en una zona por donde hemos de pasar si deseáramos ir desde Denia-Alicante, hasta Bailén o a la Sierra del Segura; aquel paraje seguramente fue un santuario elevado con el fin agradecer y fomentar las transacciones comerciales entre los iberos y sus "clientes" extranjeros (fundamentalmente llegados del Este mediterraneo). De ello, que aquellos representados en las esculturas del Cerro de los Santos, guarden un aspecto tan rico en sus joyas o ropas; tanto como a la vez sean tan extrañas y compejas sus modas y autuendos (seguramente traidos por gentes metalúrgicas, venidas desde Grecia, de Chipre, Creta o Anatolia).
ABAJO: Posterior, pero en algo similar a la Koré helena antes recogida; es esta otra de origen jonio y que guarda el Museo de Chipre (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Fechada sobre el siglo VI a.C. y por lo tanto ya próxima a la Dama de Elche en fechas, también coincide "en algo" en su estilo y aire (aunque esta de Chipre tiende mucho más al tipo arcaico heleno). Pese a ello, hemos de considerar que si hubo gentes que hacia el siglo VI a.C. ya trajeron el alfabeto jonio hasta nuestras tierras de Levante, no es de extrañar que igualmente pudieran importar sus escultores o sus esculturas, con el fin de abrir comercio e imponer su cultura y civilización entre los iberos. De lo que este tipo de estatuaria jónico-chipriota pudo llegar hasta las playas de Alicante (o ser vista por los iberos en su lugar de origen), en los mismos años que vino el alfabeto jonio. Quienes pocos años más tarde posiblemente encargaron a los griegos -o a los creto chipriotas- con los que comerciaban, el retrato de su reina (sacerdotisa o diosa) conocida hoy como la Dama de Elche.
Una última pregunta que se hace TEXTOS IBÉRICOS ha quedado por responder y esta es la que dicta: "¿Por qué los iberos modificaron el alfabeto, dando otros valores a los signos que las gentes del Oriente mediterraneo les trajeron?". Intentaremos contestar comenzando por lo ya expuesto, como era el caso del alfabeto greco-ibérico. Cuya variación muy pequeña puede explicarse por la necesidad de incluir dos "nuevas letras", ampliando así el signario para darle el sonido "RR" y el "SH". Pero tras ello queda algo más complejo de explicar, como es el tema del silabario ibérico. Cuyas variaciones ya son muy diferentes, pues no son simplemente algunos rasgos cambiados o modificados, ni menos un par de signos añadidos. Sinó que realmente consistió en tomar unos carácteres importados -muchos nuevos y otros que se los iberos crean -, para darles un valor silábico (no alfabético). Algo que parece sucedió por primera vez en la zona de Turdetania, hacia los siglos IX o VIII a.C..
De lo que hemos de deducir que el allfasilabario ibérico nace al tiempo que el alfabeto griego (sino antes). Puesto que los fenicios hacia el siglo IX a.C. exportaron su alefato a la zona de Eubea; donde lo modifican y divulgan entre los vecinos griegos, generando un siglo después el signario heleno arcaico. De lo que si las primeras inscripciones ibéricas en alfasilabario son del siglo IX al VIII a.C., ello supone que aún ni siquiera estaba divulgado ni "inventado" plenamente el alfabeto griego. Lo que obliga a pensar que en El Egeo todavía se escribía en el modo creto-mícenico y en las costas de Anatolia en el neo-hitita. Idiomas todos que usaban silabarios y no alfabetos; por lo que muy probablemente el alfasilabario llega al Sur Peninsular en estos siglos del IX al VIII a.C.; siendo gentes de origen hitita o cretochipriota quienes traen la escritura hasta Iberia. Cretenses o neohititas que desarrollaron un modo de escribir en idioma ibero similar al que tenían en sus tierras (basado en sílabas). Tomando para ello, ya muchos signos de los que los fenicios habían "inventado" en su nuevo sistema alefático (alfabético) y mezclándolos con caracteres que simbolizaban en una "letra" lo que se había de leer como una sílaba. De todo ello creemos que nació el alfasilabario ibero, como producto de la colonización de gentes venidas de Creta, Chipre o de las costas de Anatolia influidas por los fenicios (lugares todos en los que se todavía se usaba el silábico para escribir, al menos hasta el siglo VIII a.C..).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, damita votiva (tambien oferente) del Cerro de los Santos; propiedad del Museo Arqueológico Nacional al que agracedemos nos permita divulgar su imágen. Similar a la anterior, aunque esta de un tamaño muy inferior (siendo la anterior casi una figura natural, aunque esta no supera los cuarente centímetros). Vemos si observamos las esculturas del Cerro de los Santos, que todas ellas guardan una extraña moda, cargada de ricas joyas. Muy similar en estilo y tipología a las tallas que se hallan especialmente en la isla Chipre (aunque las que más se parecen a las ibéricas, se fechan con más antigüedad -entorno al siglo VI a.C.-).
BAJO ESTAS LINEAS:
Mujer salmantina con moda "charra", en el dia de su boda (foto tomada de la página del joyero Luis Mendez). Observemos el parelelismo entre esta salmantina de hace unos cien años y las damas ibéricas; que no solo van engalanadas y peinadas de un modo tan similar, sinó que lucen una joyería muy parecida. Casi dosmilquinientos años separan las imágenes de unas y de otras, pero parece que las modas y modos de vida poco cambiaron en esos veinticinco siglos. Tanto que los trajes, joyas y tocados de las falleras (de Valencia o de Alicante) son casi iguales a los de su "abuela": La Dama de Elche. Ello es un motivo más para reflexionar y considerar si al idioma ibero le habría sucedido lo mismo, y el vascuence quizás pueda estar más emparentado de lo que pensamos con aquello que está escrito en los "textos" ibéricos.
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